12.12.07

Hoy en La Nación

Aquí un fragmento de la nota. Para leer la nota completa seguir el link en el título de este post.


Foto de Cuchillos en gallinas que acompaña la nota de hoy

El señor del blog

En otro rincón de una red sin rincones, el del director, actor y autor Alejandro Tantanian es todo un caso en sí mismo. De cada una de sus obras él arma su propio blog. Por ejemplo, a horas del estreno de aquel maravilloso espectáculo llamado Los mansos, escribió: "Que haya cosas que se desencuentran a dos días del estreno tiene algo picante que me gusta. No sé. Eso es lo que sé. Y está bien. Que por más que una vez haya encontrado el 70 por ciento de la obra viva, eso fue. Y quedó en el aire. Y hay que buscarlo cada pasada. Y ahí está esa mierda encantadora y angustiante" .

En el blog de Los mansos, como en el de Cuchillos en gallinas, registró todo: fotos de ensayos, críticas, comentarios del público y reflexiones perdidas. En el de Cuchillos en gallinas , la obra que se presentó en el San Martín, hasta se puede hacer un seguimiento de la maravillosa escenografía de Oria Puppo desde que era una maqueta hasta la última foto, en la que esa obra termina en un volquete de la avenida Corrientes que sirve para cerrar el blog.

Pero aquello es pasado. Si alguien quiere seguir un proceso de gestación se puede reparar en el montaje que Tantanian está haciendo basado en Los hermanos Karamazov. Rodeado de un "elencazo" (Bogdasarian, Galazzi, Pérez Biscayart, Suardi y Zorzoli, entre otros) dicho blog se convierte en una forma brillante de seguir la intrincada marcha desde cuando una obra es apenas un balbuceo. Sin ir muy lejos, Tantanian escribió hace pocos días: "Siempre, en algún momento, en aguas mansas inclusive, todo parece estancarse: como si la corriente siguiese su curso y uno creyese estar avanzando (...) Eso. Metáforas de navegación para poder dar cuenta de un momento de ausencia en este blog que se vio espejada en la ausencia de avance en los ensayos. De toda crisis, dicen, uno sale fortalecido. Eso es lo que siento, y creo en estos días después de semanas de estancamiento: vamos a buscar el espectáculo. Todos. Hacia allí vamos. No sé si alguien leerá esto, lo que sí sé es que es bueno poder escribirlo: alguien, de alguna forma, sabrá leer. Y yo me siento mejor escribiéndolo".

Así es que más allá de cualquier acto catártico, para algunos creadores el escribir en el blog es una forma de ordenar la puesta, de ordenar el caos. Y ahí está todo, latiendo. Vivo.

Alejandro Cruz

26.11.07

El libro

Editorial Losada acaba de publicar dentro de su colección Nuevo Teatro un volumen que incluye: Cine Quirúrgico, Una anatomía de la sombra, El Orfeo, Ispahan y Los Mansos. Corran a sus librerías para procurarse un ejemplar. Incluye algunos hits del blog de Los Mansos


El himno de Los Sensuales

No me hallo, no me hallo,
por más que le hago, no me hallo.
No me gusta ni el verano ni el invierno,
no me gusta ni la gloria ni el infierno.
Yo no sé lo que quiero, ni en dónde, ni con quién.
Me busqué en el diccionario,
me busqué en el directorio,
me busqué en el padrón electoral,
me busqué en la filosofía oriental y no me hallo.
Por más que le hago, no me hallo.
No estoy seguro de lo que quiero,
siento que no tengo vela en este entierro.
Estoy perdido y no sé que camino me trajo hasta aquí.
No me hallo, por más que le hago, no me hallo.
No me gusta ni la escuela ni el trabajo,
no me gusta ni la lucha ni el fútbol.
No voy a misa ni de relajo,
no me consuela ni la mota ni la falta de alcohol.
Me he buscado por las calles y los bares,
me he buscado por tugurios y arrabales,
me he buscado por doquiera que yo voy,
y no me puedo hallar.
Por más que le hago, no me hallo.
Soy un pobre vagabundo, mi reino no es de este mundo.
No me hallo, por más que le hago, no me hallo.

Los Sensuales

El nuevo nombre del espectáculo: para alejarnos de la novela de Fedor, para sentir que no hay mirada del gran ruso sobre nosotros. A veces las influencias son buenas, a veces provocan las angustias de las que habló el esquemático Harold Bloom y otras permiten el salto: de esto último se trata en este caso. Ya no más Karamazov!, ahora: Los Sensuales.

Cambio de timón

Siempre, en algún momento, en aguas mansas inclusive, todo parece estancarse: como si la corriente siguiese su curso y uno creyese estar avanzando: pero el paisaje no cambia y el agua alrededor pareciera formar charcos de barro, como si la ¿embarcación? encallase y nosotros seguimos creyendo que estamos navegando. Eso. Metáforas de navegación para poder dar cuenta de un momento de ausencia en este blog que se vio espejada en la ausencia de avance en los ensayos. De toda crisis, dicen, uno sale fortalecido. Eso es lo que siento y creo en estos días después de semanas de estancamiento: vamos a buscar el espectáculo: todos. Hacia allí vamos. No sé si alguien leerá esto, lo que sí sé es que es bueno poder escribirlo: alguien, de alguna forma, sabrá leer. Y yo me siento mejor escribiéndolo.

25.10.07

La debutante / Leonora Carrington


En la época que fui debutante, solía ir a menudo al parque zoológico. Iba tan a menudo que conocía más a los animales que a las chicas de mi edad. Era porque quería huir del mundo, por lo que me hallaba a diario en el zoológico. El animal que mejor llegué a conocer fue una hiena joven. Ella me conocía a mí también. Era muy inteligente. Le enseñé a hablar francés y a cambio ella me enseñó su lenguaje. Así pasamos muchas horas agradables.
Mi madre había organizado un baile en mi honor para el primero de mayo. ¡Lo qué sufrí durante noches enteras! Siempre he aborrecido los bailes; sobre todo los que se daban en mi honor.
La mañana del uno de mayo de 1934, fui muy temprano a visitar a la hiena.
-¡Qué asco! -le dije-. Esta noche me toca asistir a mi baile.
-Tienes suerte -dijo ella-; a mí me encantaría ir. No sé bailar, pero en cambio sabría mantener una conversación.
-Habrá muchas cosas de comer -dije-. He visto llegar a casa carros repletos de comida.
-Y aún te quejas -replicó la hiena con desaliento-. Mírame a mí: yo sólo como una vez al día, y me tienen jeringada con tanta bazofia.
Se me ocurrió una idea audaz; estuve a punto de echarme a reír.
-No tienes más que ir en mi lugar.
-No nos parecemos lo bastante; si no, con gusto iría -dijo la hiena un poco triste.
--Escucha -dije-, con las luces de la noche no se ve muy bien. Con que te disfraces un poco, nadie se fijará en ti en medio de la multitud. Además, tenemos casi la misma estatura. Eres mi única amiga; anda, hazlo por mí. Por favor.
Se puso a pensar en esta posibilidad. Comprendí que estaba deseosa de aceptar.
-De acuerdo -dijo de repente.
No había muchos guardianes cerca, dado lo temprano de la hora. Abrí rápidamente la jaula, y en un instante estuvimos en la calle. Llamé un taxi. En casa, todo el mundo estaba aún en la cama. Una vez en mi cuarto, saqué el vestido que debía ponerme por la noche. Era un poco largo, y la hiena andaba con dificultad con mis zapatos de tacón alto. Encontré unos guantes con que ocultarle las manos, demasiado peludas para parecerse a las mías. Cuando el sol iluminó mi habitación, la hiena dio varias vueltas alrededor, andando más o menos derecha. Estábamos tan ocupadas que mi madre, que entró a darme los buenos días, estuvo a punto de abrir la puerta antes de que la hiena se escondiera debajo de la cama.
-Esta habitación huele mal -dijo mi madre, abriendo la ventana-; antes de esta noche date un baño con mis nuevas sales.
-Por supuesto -le dije.
No se entretuvo mucho. Creo que el olor era demasiado fuerte para ella.
-No te retrases para el desayuno -dijo al irse.
Lo más difícil fue encontrar un disfraz para la cara de la hiena. Estuvimos buscando horas y horas: rechazaba todas mis sugerencias. Por fin dijo:
-Creo que he encontrado la solución. ¿Tenéis criada?
-Sí -dije, perpleja.
-Pues verás: vas a llamar a la criada; cuanto entre, nos lanzamos sobre ella y le arrancamos la cara; llevaré su cara esta noche en lugar de la mía.
-No lo veo muy práctico -dije yo-. Probablemente se morirá en cuanto pierda la cara: alguien encontrará su cadáver, y nos meterán en la cárcel.
-Tengo la suficiente hambre como para comérmela -replicó la hiena.
-¿Y los huesos?
-También -dijo-. ¿Te parece bien?
-Sólo si me prometes matarla antes de arrancarle la cara. Si no, le va a doler demasiado.
-Bueno, eso me da igual.
Llamé a Marie, la criada, no sin cierto nerviosismo. Desde luego, no lo habría hecho si no odiara tanto los bailes. Cuando entró Marie, me volví de cara a la pared para no verlo. Debo reconocer que no tardó nada. Un breve grito, y se acabó. Mientras la hiena comía, estuve mirando por la ventana. Unos minutos después, dijo.
-Ya no puedo más; aún me quedan los pies, pero si tienes una bolsa, me los comeré más tarde, a lo largo del día.
-En el armario encontrarás una bolsa bordada con flores de lis. Saca los pañuelos que tiene y quédatela.
Hizo lo que le había indicado. A continuación, dijo:
-Date la vuelta ahora y mira qué guapa estoy.
Delante del espejo, la hiena se admiraba con el rostro de Marie. Se lo había comido todo cuidadosamente hasta el borde de la cara, de forma que quedaba justo lo que le hacía falta.
-Es verdad -dije-; lo has hecho muy bien.
Hacia el atardecer, cuando la hiena estuvo completamente vestida, declaró:
-Me siento en plena forma. Me da la impresión de que voy a tener un gran éxito esta noche.
Después de oír un rato la música de abajo, le dije:
-Ve ahora, y recuerda que no debes ponerte junto a mi madre: seguramente se daría cuenta de que no soy yo. Aparte de ella, no conozco a nadie. Buena suerte -le di un beso para despedirla, aunque exhalaba un olor muy fuerte.
Se había hecho de noche. Cansada por las emociones del día, cogí un libro y me senté junto a la ventana, entregándome a al paz y el descanso. Recuerdo que estaba leyendo Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift. Al cabo de una hora, quizá, surgió el primer signo de inquietud. Un murciélago entró por la ventana profiriendo grititos. Los murciélagos me dan un miedo espantoso. Me escondí detrás de una silla, castañeteándome los dientes. Apenas me había arrodillado, cuando un gran ruido procedente de la puerta sofocó el batir de alas. Entró mi madre, pálida de furia.
-Acabábamos de sentarnos a la mesa -dijo-, cuando el ser ese que ha ocupado tu sitio se ha levantado gritando: "Con que mi olor es un poco fuerte, ¿eh? ¡Pues yo no como pasteles!" A continuación se ha arrancado la cara y se la ha comido. Después ha dado un gran salto y ha desaparecido por la ventana.

Gracias, Nicolás Schuff

Habemus estructura!


Finalmente: tenemos una estructura.
Ahora... a trabajar.

28.8.07

Iris Chacón / Escándalo

Un verdadero prodigio.
Un melodrama en danza.
Vean y entenderán los crípticos comentarios que estoy posteando.

Gracias, Sebastián (Holz).

26.8.07

Karamazov! / Capítulo 7

Libro séptimo: Aliosha

Comienza inmediatamente después de la muerte de Zósima.
Una opinión común que tienen tanto en la ciudad como en el monasterio, es que los cuerpos de los hombres santos no sucumben a la putrefacción. El cuerpo muerto de Zósima, se espera, no se descompondrá. Es, entonces, una gran sorpresa para la ciudad entera que el cuerpo de Zósima no solamente decaiga, sino que también comience su proceso de descomposición inmediatamente después de su muerte. Desde el primer día el olor del cuerpo de Zósima es insoportable. A muchos ésto les hace cuestionar su anterior respeto y admiración hacia Zósima. Aliosha está devastado por la violación del nombre de Zósima (debido nada más que a la corrupción de su cuerpo muerto). Uno de los compañeros de Aliosha en el monasterio de nombre Rakitin utiliza la vulnerabilidad de Aliosha para preparar una reunión entre él y Grushenka.
El libro termina con la regeneración espiritual de Aliosha mientras que él besa la tierra fuera del monasterio y llora estremecidamente hasta que finalmente sale al mundo, renovado.

Karamazov! / Capítulo 6

Libro sexto: El monje Ruso

Relaciona la vida y la historia del Zósima, el líder espiritual, mientras que está tendido en su celda a punto de morir.
Zósima describe su juventud rebelde: cómo descubrió su fe en mitad de un duelo, y cómo, por esto, decididó convertirse en monje. Algunas de las doctrinas y de las enseñanzas de Zósima son las de predicar que la gente debe perdonar a otros al reconocer sus propios pecados y su culpabilidad ante los demás. Zósima enseña que ningún pecado se encuentra aislado y de esta manera cada uno es responsable de los pecados del otro.
Dostoievski escribió este libro como respuesta y refutación al desafío de Ivan por la creación de Dios descrita en el libro anterior.

WiP / Últimas palabras del Inquisidor

"Pero el rebaño volverá a reunirse y volverá a someterse ya de una vez para siempre. Entonces les daremos una felicidad tranquila y mansa, una felicidad de seres débiles, tales como han sido creados. Oh, los convenceremos, finalmente, de que no se enorgullezcan, pues tú los has elevado y les has enseñado a enorgullecerse; les demostraremos que son débiles, que no son más que unos lamentables niños, que la más dulce de las felicidades es la felicidad infantil. Se volverán tímidos, empezarán a mirarnos y a apretarse contra nosotros, medorosamente, como los pollitos contra la gallina. Se sorprenderán, se estremecerán de horror ante nosotros, y se sentirán orgullosos de nuestro poder y nuestra inteligencia, de que hayamos sido capaces de someter un rebaño tan turbulento de millones de hombres. Temblarán, sin fuerzas, ante nuestra cólera; se entorpecerán sus inteligencias; de sus ojos fluirán frecuentes lágrimas, como ocurre con los niños y las mujeres, pero con la misma facilidad y a voluntad nuestra pasarán a la alegría y a la risa, a la alegría luminosa y a la feliz cancioncita infantil. (...) Todos serán felices, todos los millones de seres, excepto unos cien mil dirigentes. Pero sólo nosotros, depositarios del secreto, sólo nosotros seremos desdichados. Habrá miles de millones de criaturas felices y cien mil mártires que tomarán sobre sí la maldición de conocer el bien y el mal. Los primeros morirán dulcemente, suavemente, se apagarán en tu nombre, y tras la tumba no hallarán más que la muerte. Pero nosotros conservaremos el secreto, y para su propia felicidad los cautivaremos con el premio del cielo y de la vida eterna. Porque aunque hubiera algo en el otro mundo, no sería, desde ya, para hombres como ellos."
(...)
Quisiera concluir del siguiente modo - dijo Iván - cuando el Inquisidor termina, espera un rato a que el Prisionero le responda. El silencio que el Cautivo guarda le resulta penoso. Mientras él había hablado, el Prisionero se había limitado a escucharlo atenta y mansamente, mirándolo a los ojos, por lo visto sin desear contestarle nada. El viejo quería que otro le dijera algo, aunque fuese amargo y horrible. Él, de pronto, sin decir una palabra, se acerca y le besa dulcemente los exangües labios nonagenarios. Esta es toda su respuesta. El viejo se estremece. Algo tiembla en los extremos de sus labios; se dirige a la puerta, la abre y dice: "¡Véte y no vuelvas más... no vuelvas nunca... nunca... nunca más!" Y lo deja salir a las oscuras plazas y calles de la ciudad. El Prisionero se va.


Texto leido por Couceyro los lunes 6 y 13 de agosto en el WiP presentado en el CCRRR. Este texto cerraba el trabajo.

24.8.07

El contemplativo

según Ivan Kramskoy (1837- 1887): modelo para Smerdiakov (personaje de la novela de F.D.), modelo para Los Contemplativos (personajes de Karamazov! El melodrama).

Gracias, Javier Lorenzo.

22.8.07

Rata de dos patas

Rata inmunda
animal rastrero
escoria de la vida
adefesio mal hecho
infrahumano
espectro del infierno
maldita sabandija
cuánto daño me has hecho
alimaña
culebra ponzoñosa
deshecho de la vida
te odio y te desprecio
rata de dos patas
te estoy hablando a ti
porque un bicho rastrero
aún siendo el más maldito
comparado contigo
se queda muy chiquito
maldita sanguijuela
maldita cucaracha
que infectas donde picas
que hieres y que matas
alimaña
culebra ponzoñosa
deshecho de la vida
te odio y te desprecio
rata de dos patas
te estoy hablando a ti
porque un bicho rastrero
aún siendo el más maldito
comparado contigo
se queda muy chiquito

Me estás oyendo
inutil hiena del infierno
cuánto te odio y te desprecio

Maldita sanguijuela
maldita cucaracha
que infectas donde picas
que hieres y que matas
alimaña
culebra ponzoñosa
deshecho de la vida
te odio y te desprecio
rata de dos patas
te estoy hablando a ti
porque un bicho rastrero
aun siendo el mas maldito
comparado contigo
se queda muy chiquito.

21.8.07

Astrid Hadad

... es el nombre de esta cantante mexicana que Suardi eligió para su melodrama.


Aquí va una letra de la buena de Astrid:

Me golpeaste tanto anoche
(Astrid Hadad)


Ni contigo ni sintigo tienen mis males remedio
¡contigo porque me matas, sintigo porque me muero!

Me golpeaste tanto anoche
por eso, me voy...

Después que llegas tan tarde
llegas todavía a insultarme
y no tienes razón

En lugar de darme besos
de mi amor tú te burlaste
ahora sí te la sacaste
despreciando mi amor

Yo que estoy acostumbrada a tus besos y caricias
no merezco tal golpiza
que te perdone Dios

Pero si me pides que me quede,
yo me quedo
hazme lo que quieras, pero dame más cariño
yo por otra noche de tu amor
soy una adicta

Pégame en la cara, hiéreme en el cuerpo
¡pero no me dejes!
Pégame en la cara, hiéreme en el cuerpo
¡pero no me dejes!

Me golpeaste tanto anoche
y aún no me voy...

Sé que no tengo vergüenza,
esto no es más que indecencia,
que perdí la razón

Me aguanté los latigazos
de tu maldito desprecio
y este corazón tan necio sigue pidiendo más

yo que estoy acostumbrada a tus besos y caricias
no merezco tal golpiza
que te perdone Dios

Pero si me pides que me quede,
pos yo me quedo
hazme lo que quieras, pero dame más dinero
yo por otra noche de tu amor
soy una adicta

Pégame en la cara, hiéreme en el cuerpo
¡pero no me dejes!
Pégame en la cara, hiéreme en el cuerpo
¡pero no me dejes!

Habemus vocal trainer!

El que está de pie es Sebastián Holz: desde el domingo nuestro entrenador vocal: bienvenido, pues, Sebastián !!
Esta foto es de su espectáculo Umbral (presentado este año en Velma Café). Más datos aquí.

Paquita la del Barrio canta Rata de dos patas

Hit elegido por Suardi para lucimiento vocal. (Je.)
Vayan reservando entradas !

19.8.07

Hairspray (2007): Good Morning Baltimore

El más grande de los optimismos: la celebración. Nikki Blonsky es feliz.

Peliculas Pendelton: La Cima

Alta recomendación de Lorenzo & Bogdasarian (a) Los Contemplativos.
Ellos dicen reconocer en este pequeño film "un melodrama de los nuestros": alude el pronombre posesivo a la particular manera de Los Contemplativos de enfrentar la realidad, de ver el mundo.
Bloggers del mundo: disfruten de esta manera de ver.
!!!

16.8.07

WiP / Una carta de Lise

El mundo será salvado por la belleza.
Se me ocurren estas ideas porque estoy enamorada.
Ay, me ruborizo... ¿estoy ruborizada?
Aquí tengo la prueba.
Le escribí una carta.
¿La leo?
¿La leo o no la leo?
¿Alguien tiene una monedita?
Una monedita cualquiera, de 5 o 10 centavos.
Si sale cruz, la leo.

(Monedita.)

Sí, la leo.

(Carta.)

Querido:
le escribo sin que lo sepa nadie, ni siquiera mamá. Sé que eso no está bien, pero no puedo seguir viviendo si no le digo lo que ha nacido en mi corazón y ésto por ahora no lo sabrá nadie a excepción de nosotros dos. Pero ¿cómo se lo diré?
Dicen que el papel no se ruboriza, pero le aseguro que no es verdad y que se ruboriza exactamente como lo estoy haciendo yo ahora.

(Al auditorio.)


¿Estoy ruborizada?

(Carta.)

Mi querido, lo amo, lo amo, lo amo, lo amo. Ya desde la infancia, desde Moscú. Lo elegí en mi corazón para unirme a usted y acabar juntos nuestra vida en la vejez. Naturalmente bajo la condición de que salga usted del monasterio y se quite esa pollera.
Respecto a nuestra edad, esperaremos cuanto la ley ordene. Para entonces yo estaré completamente restablecida: caminaré, bailaré, correré, saltaré. Eso está fuera de toda duda.
Se habrá dado cuenta que tengo todo pensado. Sólo hay una cosa que no puedo imaginarme ¿qué va a pensar usted de mí despues de haber leido esta carta?
Yo siempre me río, hago travesuras. Hoy lo he molestado, pero le aseguro que antes de tomar la pluma le recé a la virgen y ahora mismo le estoy rezando y poco me falta para llorar.
Mi secreto está en sus manos; no sé cómo podré mirarlo mañana cuando venga.
Oh, amado. ¿Y si no puedo contenerme otra vez, como una tonta, y me pongo a reír, como hoy, al mirarlo? Entonces va a creer que soy una burlona malvada y no creerá lo que le digo en esta carta. Por eso le suplico, querido mío, que si siente compasión por mí, mañana, cuando entre, no me mire directamente a los ojos, porque yo, al encontrarme con su mirada, quizá me eche a reír sin poderlo evitar, tanto más cuanto usted va a seguir usando ese vestido largo.
Incluso ahora siento escalofríos cuando pienso en eso; por eso, cuando entre, no me mire para nada durante un rato. No sé, mire a la ventana, a mamá…

(Al auditorio.)

¿Alguien podría por favor fijarse si detrás de la puerta no está mamita?

(Carta.)

Ya ve, le escribí una carta de amor. ¡Dios mío, lo que hice! Por favor, no me desprecie. Si hice algo muy malo y lo disgusté, perdóneme. Ahora, el secreto de mi reputación, perdida quizá para siempre, está en sus manos.
Hoy voy a llorar, no hay duda.
Hasta la vista. Hasta la terrible entrevista.

Lise.

Ps: Venga usted sin falta, sin falta, sin falta.


Leido por Gaby Ferrero en el Rojas los lunes 6 y 13 de agosto de este año: sí: el Work in progress.

15.8.07

Este es el que escribe lo que ellos bailan


Nelson Ned (oriundo de Brasil) es poseedor de una carrera musical de altísima calidad. Se dedica a la composición de temas sentimentales logrando un enorme éxito como compositor y cantante: la mejor prueba de su calidad son las ventas de sus discos no sólo en Latinoamérica sino también en Europa y África.
Debuta en 1968. Ese mismo año su tema Todo pasará logra ganar el Primer Festival de la canción en Buenos Aires, dando así su primer gran paso hacia un futuro prometedor.
En 1969 alcanza enorme popularidad en Brasil, comenzando así su proceso de internacionalización con presentaciones en Estados Unidos y varios países latinoamericanos. Luego cruza el Atlántico y llega a Europa y más tarde a África.
Sus presentaciones en el Madison Square Garden y el Carnegie Hall son hitos de su exitosa carrera.
En 1993 y luego de lograr aplausos, éxitos y triunfos se convierte al cristianismo y decide grabar sólo temas con contenido cristiano.

El ensayo de hoy

Hoy, miércoles: las cosas van tomando alguna forma: nada definitivo: sólo aproximaciones a ciertos sabores: un espacio para poder ir probando esos mundos que ya no son sólo personales. Primero Pablo y Diego visitaron otra vez ese dúo de la mano de Nelson Ned. La voz de Nelson escandía estos versos:

Yo no sé lo que pasa conmigo cada vez que te veo.
es que siento un calor por adentro y empiezo a sudar.
Por el hecho de que somos amigos, no me atreví a decirte
mas ahora, ya no puedo más y te voy a confesar...

Por favor, no me tomes a mal por este sentimiento,
y por más que te parezca raro, es amor de verdad.
Aunque sea pecado y prohibido por las leyes del mundo,
dentro de mi manera de ser, es la realidad.

Yo estoy loco por tener algo contigo
algo más que un amigo.
Y yo quisiera darte un beso en esa boca
y besar tu piel.
Y estoy seguro de que cuando tú conozcas
mi manera de amar
un gran amigo vas a perder
y un gran amor vas a ganar.

Yo no sé lo que pasa conmigo cada vez que te veo.
es que siento un calor por adentro y empiezo a sudar.
Por el hecho de que somos amigos, no me atreví a decirte
mas ahora, ya no puedo más y en esta canción
todo lo que siento, te lo voy a confesar...

Los cuerpos de Diego y Pablo mostraban este amor inconfesable. Después Gaby y Lorenzo ensayaron la improbable última cita de una celosa compulsiva entre disparos, sangre, boleros y vinos. Lila Downs cantaba Bésame mucho y Traigo penas en el alma. El dolor era imparable y el fondo blanco de Gaby sorprendió a las 4 de la tarde. Tanto dolor pareció encontrar su cima en la improvisación que Analía, Pablo y Ciro presentaron: la madre tiránica, postrada y llorosa; el niño pianista que supo heredar las piernas inútiles de la madre y un médico que no oculta su pasión por la tullida ni su hartazgo ante el niño prodigio. Todo termina en suicidio y el niño no puede hacer nada por salvar a su madre. El médico busca nuevo horizontes. El ensayo se cierra con una exaltación del nonsense a cargo de Lorenzo y Mirta: el regreso de Los Contemplativos esta vez con artillería pesada, reflexiones sobre el paso del tiempo (el ángel de la historia de Benjamin, un poroto) y una clase de Tai-Chi a cargo de Couceyro que termina en asesinato: las citas se siguen acumulando en estos dos que (podemos decirlo) ya son los teloneros de esta Revista (Revue) que viene asomando.

14.8.07

Ayer, el Rojas (II)

Sí.
Lo hicimos otra vez.
Presentamos las fantasías de Busby Berkeley junto a los dolores de Theodora de Händel (en la enorme voz de Dawn Upshaw) y la negra de Dreamgirls, mezclado con los textos de infancia de los hermanos Karamazov y los rigores del gran Inquisidor.
Todo junto, por un mismo precio.
Pasó el Work in progress y -parece- gustó a muchos.
Nos queda ahora el gusto por seguir con lo que sigue.
Redundancias, bienvenidas.
Después fuimos todos en alegre patota a comer al Dragón Rojo (sobre la calle Montevideo).
Chinos y rusos mezclados.
Así: como nos gusta.
Los más jovenes partimos luego a Million (sobre la calle Paraná) hasta que las copas se vaciaron.
Y luego taza, taza --- cada uno a su casa.
Ji.

11.8.07

WiP / Mi infancia

Aléksieyi Fiodórovich.
Alejo, hijo de Teodoro.
Aléksieyi Fiodórovich Karamázov, tercer hijo del terrateniente Fiodor Pávlovich Karamázov.
Fiodor Pávlovich: Teodoro, hijo de Pablo.

El segundo matrimonio de mi padre duró ocho años. Su segunda esposa, mi madre, era muy joven cuando se casó. Era sumisa y callada. Quedó huérfana siendo niña, y creció en la casa de su bienhechora, educadora y torturadora, una vieja distinguida, viuda del general Vorójov. Desconozco detalles, pero dicen que una vez la encontraron ya con la soga al cuello, sujeta a un clavo de la despensa: hasta tal punto se le hizo insoportable soportar los caprichos y los eternos reproches de aquella vieja, que por lo visto no era mala, pero a quien la ociosidad había hecho insoportablemente tiránica.
Al casarse, mi madre cambió a su protectora por un protector, mi padre, y los dos fueron maldecidos por la viuda.
Él se dejó seducir por la singular belleza de la inocente joven y, sobre todo, por su candor. “Aquellos ojitos inocentes me atravesaron el alma como una navaja”, explicaba más tarde. Aprovechándose de su mansedumbre, pisoteó hasta las normas más elementales de la vida conyugal. Acudían a la casa, estando ella presente, otras mujeres y allí se organizaban orgías.
Mi madre se murió cuando yo tenía cuatro años. La recuerdo como a través de un sueño. La vieja viuda, al enterarse de su muerte, dijo: “Está bien, Dios la castiga por su ingratitud.”
Tengo este recuerdo. Un tranquilo atardecer de verano, una ventana abierta y los rayos oblicuos del sol poniente; en un ángulo de la habitación, el ícono; enfrente mío, una vela encendida, y ante la imagen sagrada, mi madre, de rodillas, chillando y gritando como en un ataque de histerismo, agarrándome con los dos brazos, estrechándome contra ella hasta hacerme doler, rogando por mí a la Santa Virgen, soltándome luego de su abrazo para elevarme con ambas manos hacia el ícono. Entonces entró la criada y asustada me arrancó de sus brazos.
La cara de mi madre en ese instante era así: enfurecida pero maravillosa.
Son muy pocas las personas a las que confío este recuerdo.
A los veinte años aparecí en casa de mi padre. Me recibió con desconfianza y acabó besándome y abrazándome, con lágrimas de borracho y con un enternecimiento alcohólico.
Me parece que desde muy pequeño todos me querían.
En la escuela solía quedarme pensativo y retirarme a un rincón a leer. No obstante, era el predilecto entre mis compañeros. Todos querían acostarse conmigo durante la hora de la siesta. Yo no oponía resistencia. Me dejaba. Raras veces hacía travesuras, raras veces estaba alegre. Era apacible y sereno.
Nunca quise destacarme, quizás por eso nunca temí a nadie. No me enorgullecía de mi intrepidez; al contrario, hacía como si no comprendiese que era valiente e intrépido. Nunca recordaba las ofensas: enseguida me olvidaba, porque creo que no consideraba ofensas a las ofensas.
Lo único que no podía tolerar eran ciertas palabras y conversaciones acerca de las mujeres. Mi pudor era feroz, y mi castidad, salvaje. Me tapaba los oídos con los dedos, y mis compañeros se acercaban y a la fuerza me quitaban las manos de las orejas para gritarme obscenidades. Yo quería escapar, me tiraba al suelo, y me cubría la cabeza, en silencio, sin decir una palabra ni insultarlos. Después se cansaron y me dejaron en paz. Y ya no me llamaron “nena”; al contrario, me miraban con algo que yo creía era compasión.
No terminé la escuela: todavía me faltaba un año cuando decidí volver a casa de mi padre.
Su primera pregunta fue: “¿Por qué dejaste la escuela?”
“Busco la tumba de mamá.”
“Te parecés a ella, a la posesa.”
“Quiero entrar en el monasterio.”
Y mi padre dijo: “Te inflamarás, te apagarás, te curarás y volverás acá. Yo te voy a esperar. Eres el único que no me ha insultado, me doy cuenta, no puedo no darme cuenta.”
Después se puso a llorar. En el fondo era sentimental. Malo y sentimental.

En mi infancia y juventud fui poco hablador, pero no por timidez o sombrío retraimiento, sino más bien, al contrario, por otra cosa, por una cierta preocupación interior, estrictamente personal, que no concernía a los demás, pero de tanta importancia para mí que me llevaba a olvidarme de los demás. Amaba al prójimo, y nunca nadie me tuvo por un bendito o un hombre ingenuo. Parecía que lo aceptaba todo, sin reprobar nada, si bien a menudo me entristecía muy amargamente.


Texto leído por Pablo Rotemberg en el Rojas / WiP · 6 y 13 de agosto 2007.


10.8.07

WiP / Un padre y su hijo

Mire señor: en Rusia, los peores borrachos somos las mejores personas... y viceversa.
Yo estaba acostado y no pensaba en Iliucha, pero aquel día los chicos estuvieron divirtiéndose a costa de él. “¡Eh, barba de estropajo! – le dijo uno – agarraron a tu padre de la barba y lo sacaron a rastras de la taberna. Y vos corrías alrededor de él pidiendo clemencia”
Tres días después volvió del colegio pálido y abatido
- ¿Qué te pasa?, le pregunté. El no me contestó
Al atardecer me fui a pasear con él. Hace algún tiempo salimos a pasear todas las tardes y llegamos hasta aquella roca. Es un lugar desierto y encantador. Íbamos de la mano como de costumbre. Tiene unas manos pequeñas, de dedos delgados y fríos, porque sufre del pecho.
- Papá… papá
- ¿Qué?
- ¡Cómo te trató ese hombre!
- ¿Qué le vamos a hacer, Iliucha?
- No hagas las paces con él, papá; no las hagas. Mis compañeros dicen que te dio diez rublos para que te calles.
- No, hijo mío. Por nada del mundo aceptaré dinero de él ahora
Él empezó a temblar. Tomó mi mano entre las suyas y me abrazó…
- Papá, desafialo. En el colegio me dicen que sos un cobarde, que no te vas a enfrentar a él, que vas a aceptar sus diez rublos.
- No puedo desafiarlo, Iliucha.
- De todos modos, papá, no hagas las paces con ese hombre. Cuando yo sea mayor, lo voy a desafiar y lo voy a matar.
- Matar, incluso en duelo, es un pecado, Iliucha.
- Papá, cuando yo sea un hombre, lo voy a tirar al suelo, lo voy a desarmar, me voy a arrojar sobre él con el sable en alto y le voy a decir: “Podría matarte, pero te perdono”.
Ya ve usted, señor, lo que ha absorbido ese espíritu infantil durante estos días. No hace más que pensar en la venganza.
Anteayer, cuando volvió del colegio con las huellas de haber sido cruelmente golpeado, me enteré de todo. Usted tiene razón. No va a volver nunca al colegio. Está desesperado. Su corazón arde de odio. Tengo miedo por él.
- Papá, ¿los ricos son las personas más poderosas del mundo?
- Sí, Iliucha: no hay nada más poderoso que un rico.
- Entonces me voy a hacer rico, papá. Voy a ser oficial y voy a vencer a todos los enemigos. El zar me va a recompensar, y entonces voy a venir a reunirme con vos y nadie más se va a atrever a… papá, ¡qué vil es nuestra ciudad!
- Sí, Iliucha, es una ciudad muy vil.
- Vámonos a vivir a otra parte, papá. A donde nadie nos conzca.
- Eso me parece bien, Iliucha. Pero necesitamos dinero. Tendríamos que comprar un caballo y un carro…
Él estaba encantado, sobre todo de tener un caballo. Y a mí me complacía poder distraerlo así de sus sombríos pensamientos.
Pero ayer volvió del colegio más abatido que nunca. Por la tarde, durante el paseo, no despegaba los labios. Los dos estábamos tristes.
- Bueno, muchacho; vamos a hacer los preparativos para el viaje.
Él no dijo ni una palabra. Llegamos hasta esta piedra. En el aire se veían al menos treinta barriletes, es la época de remontarlos
- También nosotros podríamos hacer remontar nuestros barriletes del año pasado, Iliucha. Yo los voy a reparar.
Él seguía mudo y daba vuelta la cara para no mirarme. De pronto, el viento empezó a zumbar, levantando nubes de tierra, Iliucha se arrojó sobre mí y me rodeó el cuello con los brazos. Sollozaba entre convulsiones, me apretaba contra su pecho.
- ¡Papá, mi querido papá! ¡Cómo te humilló ese hombre!
Entonces yo también me puse a llorar, y los dos lloramos abrazados sobre esta gran piedra. Nadie nos veía: sólo Dios.
No señor, no voy a azotar a mi hijo por el daño que le ha hecho a usted.



Leido por Javier Lorenzo y Nahuel Pérez Biscayart en el marco del Work in progress / Rojas - Agosto 2007.

WiP / El futuro

Creo que si el diablo no existe, y por consiguiente, fue creado por el hombre, éste lo hizo a su imagen y semejanza. Te debés preguntar por qué hablo de estas cosas. Te lo voy a decir: me encanta coleccionar hechos y anécdotas relacionados con los niños. Aquí una de ellas. Se refiere a una niñita de cinco años a la que sus padres detestan, sus padres, que son “honorables funcionarios instruidos y bien educados”. Hay muchas personas mayores que se complacen en torturar a los niños. Todos los hombres llevan un demonio en su interior, hijo de un carácter colérico, del sadismo, de un desencadenamiento de pasiones innobles... Pues bien, aquellos cultos padres desahogaban de varios modos su crueldad sobre la pobre criatura. La azotaban, la golpeaban sin motivo: en las noches glaciales de invierno, encerraban a la niña en el retrete, le ensuciaban la cara con sus excrementos y su misma madre la obligaba a que se los comiera. Y esta madre dormía tranquilamente, sin conmoverse ante los gritos de la pobre niña encerrada en un lugar tan repugnante. ¿Te imaginás a esa infeliz criatura, a merced del frío y la oscuridad, sin saber lo que le ocurre, golpeándose con los puños el pecho anhelante, derramando inocentes lágrimas y pidiendo a Dios que la socorra? ¿Comprendés este absurdo? ¿Puede tener todo esto algún fin? Contestame, respondeme. Veo en tu cara que te estoy hiriendo. ¿Querés que me calle? Respondeme con franqueza. Si los destinos de la humanidad estuviesen en tus manos, y para hacer definitivamente feliz al hombre, para procurarle al fin la paz y la tranquilidad, fuese necesario torturar a un ser, a uno solo, a esa niña que se golpeaba el pecho con el puñito, a fin de fundar sobre sus lágrimas la felicidad futura, ¿te prestarías a ello? Respondé sinceramente.

Texto elegido por Luciano Suardi para leer en el Work in progress / 6 y 13 de agosto / Rojas

WiP / Lo que leyó Mirta en el Rojas

del libro III “Los sensuales”
Mitia se confiesa ante Aliosha

¡Vamos, ven y cállate! Quiero abrazarte.
¡Es coñac! Me figuro que vas a decirte “éste sigue bebiendo”. Pero no te fíes de las apariencias. “No creas a la turba vana y mentirosa, deja tus sospechas...” Yo no me emborracho nunca, “paladeo” únicamente. Siéntate, quiero estrecharte entre mis brazos hasta estrujarte, pues en todo el mundo no quiero de verdad a nadie más que a ti. A ti y a una maldita de la que me he enamorado por desgracia; pero enamorarse no es amar. Puede uno enamorarse y odiar al mismo tiempo. Acércate a la mesa y deja que te vea. Escúchame en silencio y te lo diré todo ¡Tengo necesidad de expansionarme! Únicamente tú podrás escucharme sin reírte. Quisiera empezar... mi confesión... con un himno a la alegría, como Schiller, An die Freude! Pero no conozco el alemán. Camino sin saber a dónde me dirijo, hacia la luz radiante o la infecta vergüenza. Ahí está la desgracia. Cuando estaba sumido en la más abyecta degradación (y así ha sido siempre) leí muchas veces versos sobre la miseria del hombre. ¿Me han corregido? ¡Desde luego que no! Y es porque soy un Karamazov. Porque cuando caigo al abismo, lo hago por completo, de cabeza: y me gusta caer así, encuentro belleza es esta caída. Y desde el seno de la vergüenza entono una canción. Estoy maldito; soy vil y desgraciado, pero beso el vestido donde se envuelve mi dios; sigo el mal camino, y sin embargo, soy tu hijo, Señor.
Pero basta de versos. Basta de versos. Voy a hablarte ahora de los “insectos”, de aquellos a quienes Dios ha premiado con la sensualidad. Yo soy uno de ellos, y eso puede aplicárseme a mí. La sensualidad es una tempestad. Me gusta la perversión por su abyección misma. Me gusta la crueldad ¿soy un insecto venenoso? ¡Un Karamazov y ya esta dicho todo! Estoy muy poco instruido pero he pensado mucho. ¡Cuantos misterios trastornan al hombre! Mi corazón encuentra belleza hasta en la vergüenza ¿comprendes este misterio? Es el duelo entre dios y el diablo, y el corazón humano es el campo de batalla.
La escala del vicio es la misma para todos. Yo estoy en el primer escalón, y tú estás más arriba, en el tercero, por ejemplo. Creo que es lo mismo: una vez puesto el pie sobre el primer peldaño hay que escalarlos todos.

7.8.07

WiP / El gran Inquisidor - Fragmento

La acción transcurre en España, en el siglo XVI, durante el reinado de la Inquisición.
Jesús decide bajar nuevamente a la tierra y presentarse ante los hombres.
Es reconocido inmediatamente.
Le piden un milagro.
Jesús realiza dos: cura a un ciego y resucita a una niña.
Desde la catedral el Gran Inquisidor lo observa.
Ordena que lo apresen.
Jesús es arrestado y conducido a un oscuro calabozo.
Esa noche el Gran Inquisidor se presenta en la celda, con un candil en la mano y dice:


“¿Sos vos? ¿Vos? ¿Para qué viniste a molestarnos? ¿Sabés lo que pasará mañana? Te voy a condenar y quemar en la hoguera como al peor de los herejes. Y ese mismo pueblo que hoy te agradecía, lanzará carbones en tu hoguera. ¿Entendés?
Sí… quizás lo entiendas.
El diablo habló con vos en el desierto. Te formuló tres cuestiones, ésas que nos fueron trasmitidas en los evangelios como las tentaciones. Sin embargo en estas tres cuestiones, que vos rechazaste, estaba escrito el futuro de la humanidad.
¿Quién tenía razón? ¿Él o vos?
La primera cuestión decía:
“Quieres ir al mundo y vas con las manos vacías, sólo con promesas de libertad. ¿Ves estas piedras del desierto? Conviértelas en panes y la humanidad entera correrá detrás tuyo como un rebaño agradecido y obediente.”
Pero rechazaste la proposición diciendo que no sólo de pan vive el hombre.
Quiero que sepas que por ese mismo pan terrenal el hombre se levantará contra vos para irse junto al diablo.
Quiero que sepas que nosotros los alimentaremos y mentiremos diciendo que es en tu nombre.
Los hombres pondrán su libertad a nuestros pies y dirán “hágannos esclavos, pero aliméntennos”.
La humanidad es endeble… viciosa… insignificante.
Supongamos que detrás tuyo y en nombre del pan celestial prometido fueran decenas de miles… ¿que pasaría con los miles de millones que te aman pero que no tienen fuerzas para desdeñar el pan terrenal? ¿O sólo te importan los fuertes?
A nosotros nos importan los débiles, nos pondremos al frente de los débiles y los débiles nos tomarán por dioses, y ya no te dejaremos venir a nosotros.
Esto significaba esta primera cuestión en el desierto y la rechazaste en nombre de la libertad.

La segunda cuestión es ante quién inclinarse.
Conocías -no podías desconocer este misterio fundamental de la naturaleza humana- pero rechazaste lo único que se te ofrecía para forzar a todos a inclinarse ante vos: el pan terrenal
Deseaste el libre amor del hombre, para que fuera detrás tuyo libremente, y con el corazón libre decidir por sí mismo qué era el bien y qué era el mal, teniendo por guía solamente tu imagen.
Hay solamente tres fuerzas que pueden vencer y cautivar para siempre la conciencia de los hombres: el milagro, el misterio y la autoridad.
Vos rechazaste las tres.
No bajaste de la cruz cuando te lo pedían para creer en vos, y no lo hiciste para no esclavizar al hombre a una fe milagrosa, querías una fe libre.
Respetándolo tanto actuaste como si hubieras dejado de compadecerlo, si lo hubieras respetado menos le hubieras exigido menos y entonces habrías estado mas cerca del amor.
Inquietud, rebeldía y desdicha: ése es el destino actual de los hombres después de que padeciste tanto por su libertad.

¿De qué son culpables los débiles que no pueden soportar lo que soportan los fuertes? ¿Es posible que sólo hayas venido para los elegidos?
Pero nosotros rectificamos tu proeza y la fundamos sobre el milagro, el misterio y la autoridad.
¿Por qué me mirás tan callado con esos ojos mansos? Enojáte.
Nosotros no estamos con vos, sino con él. ¡ése es nuestro secreto! Tomamos de él todo lo que rechazaste, con nosotros todos van a ser felices y no van a rebelarse ni a aniquilarse unos a otros como con tu libertad.
No quiero tu amor, porque yo tampoco te amo.”

Este fragmento fue leido por Stella Galazzi en la noche del Rojas: ayer.

Handel / Theodora: Descend kind pity

Es Richard Croft el que canta: un tenor perfecto en un aria perfecta: sólo goce.

Ayer, el Rojas

Sold out para el work in progress.
(Je.)
Mucha gente nos acompañó ayer en la presentación del trabajo en proceso. Todo fue gentil, ameno y relajado. (Dios -- qué adjetivos!). Lorenzo, Bogdasarian, Galazzi, Tufró, Leonel (un muy amigo de Mirta) y yo comimos chino cerca de La Plaza. Quedamos en ir a comer todos juntos el lunes que viene (luego de la segunda y última presentación). Nada: esto: un post social, casi vano.

4.8.07

Karamazov! / Capítulo 5

Libro quinto: Pro y contra

Fue descrito por Dostoievski como el punto culminante de la novela.
Ivan Karamazov defiende y adopta la ideología racionalista y nihilista que avanza en Rusia en esa época mientras discute con Aliosha en un café.
En el capítulo La Rebelión Iván proclama que rechaza el mundo que Dios creó debido a que está construido sobre las bases del sufrimiento de niños inocentes.
Más adelante, en el capítulo probablemente más conocido de la novela, El Gran Inquisidor, Iván le lee a Aliosha un poema suyo que describe a un representante de la Inquisición española y su encuentro con Jesús, quien ha retornado a La Tierra. El inquisidor cuestiona a Jesús afirmando que al darle libre albedrío a la humanidad lo que se ha obtenido es la condena de la humanidad a la miseria y la desesperación.

2.8.07

Los ensayos


Ya se están probando cosas más que tentadoras. Ciro presentó un padre que ensaya maneras sensibles de acercarse a su hijo, ayudado por el vodka y por una canción triste que le dicta el tono de su discurso. Diego trajo a su enamoradizo personaje con este texto y ayudado por una tensa partitura de Gorecki. Stella mostró todo su enojo en un monólogo brillante sobre el libre albedrío. Mirta y Javier nos asombraron con la Mujer Leopardo, los Contemplativos y el dúo Los trovadores: suerte de personajes abismados en la imposible empresa de decir con palabras de otros lo que sus emociones no pueden expresar. Luciano ensayó un bordado con luz minúscula mientras imágenes de dolor y soledad se veían en la pantalla de una computadora: su personaje por ahora es mudo y tiene enormes deseos de devenir mujer. Finalmente Diego y Pablo hicieron un dúo con una canción extraordinaria (les debo el nombre): dos hombres demasiado enamorados y demasiado masculinos en plan de encuentro: la cosa fue bailada y tuvo alto voltaje erótico (je). También escuchamos a un cantante de protesta ruso y a la inefable Diamanda Galas: ambas joyas propiciadas por el gran Lorenzo (Javier). La cosa marcha, con enorme felicidad. El miércoles que viene presentarán sus trabajos Nahuel, Analía, Gaby y Pablo. La revista va tomando forma. Los futuros espectadores (y lectores de este blog) van creando ansias.

El lunes, el Rojas

Karamazov!
Un espectáculo de Alejandro Tantanian
Lunes 6 y 13 de Agosto / 21 hs
Sala Batato Barea
Entrada: Gratuita.


Elenco
Mirta Bogdasarian, Analía Couceyro, Gaby Ferrero, Stella Galazzi, Javier Lorenzo, María Onetto, Nahuel Pérez Biscayart, Pablo Rotemberg, Luciano Suardi, Diego Velázquez y Ciro Zorzoli.

Asistencia de dirección
Martín Tufró

Producción ejecutiva
Sebastián Blutrach

Fotografías
Ernesto Donegana

Colaboración dramatúrgica
Nicolás Schuff y Martín Tufró

Luces
Jorge Pastorino

Escenografía y vestuario
Oria Puppo

Dirección
Alejandro Tantanian

Una revista sobre el parricidio, la espiritualidad y las buenas costumbres. El espectáculo tendrá la estructura de una revista: grandes números musicales, monólogos de actualidad política, sketches.

Dostoievski en Los hermanos Karamazov, su última novela, agota los caminos de la trascendencia y percibe que en la farsa, el exceso y la burla radican la mirada más filosa, las verdades más claras --- Algo en el agotamiento de los viejos modelos, la falta de espiritualidad y el cansancio de los años llevan a Dostoievski a escribir la gran farsa maloliente que glosa todos y cada uno de “los grandes temas” en clave burlesca.

Alejandro Tantanian

Sobre la obra:
Rusticidad, desprolijidad, desarticulado, luz de día, belleza cero, paroxismo, velocidad, silencio cero, fugacidad, procacidad, genitalidad: el grito, las lágrimas, el afuera, la ausencia de interioridad, psicología cero, introspección cero. Un comportamiento salvaje. Ya no hay conexión espiritual. El hombre arrojado a su sensualidad. Lo animal. No hay refinamiento. (¿?) El asesinato de lo bello. ¿Qué es lo bello? – La construcción de un andamiaje que ya no sostiene nada. El teatro abandona las paredes.

Aquí estoy y aquí me quedo / T. Eyen - H. Krieger



Ahora escúchame a mí
yo no me voy a ir
vos sos lo mejor que conocí,
no existe lugar a donde ir
no, no, no quiero
no existe lugar donde
pueda vivir sin vos
no quiero vivir sin vos,
no sería vivir.

Me quedo, te espero,
y vos, y vos,
vos vas a amarme,
vos vas a amarme.

A ver si lo entendes,
yo no me voy de aquí
no me importa ni que me eches,
nada, nada, nada
que me separes de vos,
somos uno en dos,
somos el mismo amor,
somos un mismo ideal.

Si me voy el tiempo pasa,
no, no, no, no
no espero hasta mañana
quizás mañana veré que pasó
no, no, no insistas,
no me lo pidas,
yo no me voy
me quedo con vos siempre,
siempre.

Hagas lo que hagas
esta es mi batalla
voy a pelearla, voy a ganar
aunque me ignores,
aunque me hieras
este es mi mundo
este es mi lugar.

Ahora escúchame a mí
yo no me voy a ir
me quedo con vos,
me quedo con vos,
siempre.

No, no, no quiero,
no me lo pidas
yo no me voy de aquí
sin vos yo no vivo,
sin vos yo no vivo,
no sería vivir.

Me quedo, te espero
y vos, y vos,
y vos vas a amarme
y vos vas a amarme
amarme, amarme, amarme,
me vas a amar.

And I am telling you I'm not going la supo cantar en castellano Sandra Mihanovich. Grabada en su disco Como la primera vez , BMG, 1985 / Gracias Diego Velázquez por la data !

Take That / Shine

Una evocación de Berkeley

And I am telling you I'm not going / Jennifer Holiday & Jennifer Hudson

Un melodrama perfecto

Busby Berkeley

Un prodigio, simplemente

Trabajo en proceso / Work in progress


Los lunes 6 y 13 de agosto a las 21 horas en la sala Batato Barea del Centro Cultural Rector Ricardo Rojas presentaremos algo del proceso de los Karamazov! / El melodrama. Será dentro del ciclo Panorama en Work in progress organizado por el Rojas. La entrada es libre y gratuita. Leeremos algunos fragmentos de la novela, verán algunos números musicales en pantalla grande y oirán bellas melodías -- todos estaremos ahí -con excepción de Diego Velázquez (el lunes 6, el 13 sí estará) y Ciro Zorzoli (que no podrá estar en ninguno de los dos encuentros)-: Mirta Bogdasarian, Analía Couceyro, Gaby Ferrero, Stella Galazzi, Javier Lorenzo, Nahuel Pérez Biscayart, Oria Puppo, Pablo Rotemberg, Nicolás Schuff, Luciano Suardi, Alejandro Tantanian y Martín Tufró.

Karamazov! / Capítulo 4

Libro cuarto: Los desgarramientos

Introduce una historia colateral en la novela que resurgirá nuevamente más adelante en la trama.
Se inicia con Aliosha observando a un grupo de escolares que lanzan piedras a un compañero enfermizo llamado Ilyushechka. Cuando Aliosha regaña a los chicos y trata de ayudar, Ilyushechka muerde el dedo de Aliosha.
Más adelante el padre de Ilyushechka, un jefe de personal retirado de nombre Snegiryov, es atacado por Dimitri quien lo empuja fuera de un bar.
Aliosha se entera de los problemas que tienen en casa de los Snegiryov y le ofrece al padre dinero como disculpa por los actos de su hermano. El padre del niño inicialmente acepta el dinero, pero luego se lo arroja a Aliosha y lo expulsa de su casa.

Karamazov! / Capítulo 3

Libro tercero: Los sensuales

Ofrece mayores detalles del triángulo amoroso que se ha formado entre Fiodor, su hijo Dimitri y Grushenka. Se explora la personalidad de Dimitri (mediante la conversación entre él y Aliosha cuando Dimitri se esconde cerca de la casa de su padre para ver si llega Grushenka). Más tarde Dimitri irrumpe en la casa de su padre y lo ataca mientras lo amenaza con regresar y matarlo en el futuro.
Este libro introduce también a Smerdiakov y sus orígenes, así como la historia de su madre Lizaveta.
En la conclusión de este libro, Aliosha es testigo de la amarga humillación de Katerina, la prometida de Dimitri, por parte de Grushenka, lo que conlleva a una terrible vergüenza y escándalo para esta orgullosa mujer.

Karamazov! / Capítulo 2

Libro segundo: Una reunión inapropiada

Se inicia cuando la familia Karamazov llega al monasterio local para que el Élder Zósima puede actuar de mediador en relación a la herencia de Dimitri.
Irónicamente, fue idea del ateo Iván que se organizase esta reunión en tan sagrado lugar con la presencia del famoso Élder.
Dimitri, como es usual en él llega tarde y la reunión pronto degenera logrando únicamente exacerbar las diferencias entre Dimitri y Fiodor.
Este libro contiene también una escena conmovedora cuando el Élder Zósima consuela a una mujer que llora la muerte de su hijo de tres años. La pobre mujer refleja un paralelo con la tragedia que sufrió Dostoievski al perder a su pequeño hijo Aliosha.

30.7.07

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Hoy vestimos de negro

Murió Ingmar Bergman

Una jugada difícil esta vez.

El legendario cineasta sueco Ingmar Bergman murió a los 89 años en su casa de la isla sueca de Faaro, según anunció su hermana a la agencia de prensa sueca TT.
Su muerte se produjo "tranquila y suavemente", según dijo Eva Bergman a TT, que no precisó ni la causa ni la fecha exacta del fallecimiento.
Nacido el 14 de julio de 1918 en Uppsala, al norte de Estocolmo, Bergman realizó más de 40 películas en el transcurso de su larga y prolífica carrera, entre ellas El séptimo sello (1957) Gritos y susurros (1972), Escenas de la vida conyugal (1974), Sonata de otoño (1978) o Fanny y Alexander (1982).
Estudió en la universidad de Estocolmo y aprendió a dirigir con un grupo de teatro estudiantil poniendo en escena obras de Strindberg y Shakespeare.
A partir de 1944 compaginó el teatro con el cine. En sus inicios ayudante de dirección, Bergman hizo su primer filme Crisis en 1945.
Es considerado el maestro del cine sueco.
En 1976 se instala en Alemania por problemas con el fisco sueco y al año siguiente estrenó El huevo de la serpiente, sobre el ascenso del nazismo.
De vuelta a Suecia rodó Fanny y Alexander (1982), una obra sobre su infancia y su pasión por el espectáculo, que recibió cuatro premios Oscar.
En 2003 volvió a ponerse detrás de la cámara y dirigió una película para la televisión sueca, Saraband.
Tras la muerte de su última esposa, Ingrid, en 1995, Ingmar Bergman residía una gran parte del año en la isla de Faaro (al norte de Gotland), en el mar Báltico, que sirvió de escenario para varias de sus obras.
Comandante de la Legión de Honor, miembro de la Academia de las Letras de Suecia y reputado dramaturgo, Bergman reveló su vida privada y profesional en los libros Linterna Mágica (1987), Imágenes (1993) y Niños del domingo (1994), adaptado a la gran pantalla por su hijo Daniel.
Casado cinco veces, Ingmar Bergman tuvo nueve hijos.