29.5.08

Todas las fotos, todas las imágenes




Todas las imágenes de ensayo de este slide show
© Ernesto Donegana

Hoy en Mundoteatral.com

Para leer la nota cliqueá aquí.
O leela aquí:

Fuera de la ley
por Silvia Sánchez

Apelando al melodrama y con excelentes actuaciones, la puesta de Tantanian, Los Sensuales, brilla.

El inicio de Los Sensuales, la nueva puesta de Alejandro Tantanian, aporta desde el vamos las claves con las que habrá de leerse la misma: un asesinato representado con música imponente y cuerpos desbordados, es decir, un régimen de lectura que se impone de entrada en las antípodas del realismo.

Con estructura de melodrama, la pieza pergeñada por Tantanian mantiene algunas reglas del género pero viola otras, sobre todo aquella que impulsa a la identificación del espectador con el héroe sufriente, regla que precisa de cierto aire realista que aquí brilla por su ausencia. Tampoco hay, de esta poética tan mimada por el sentido popular pero también por los rebeldes posmodernos, ni final feliz, ni personajes sacrificados.
Hay sí, amores imposibles, médula del género, pues en la puesta abundan los enamoramientos que no pueden ser, la mayoría de ellos por lazos sanguíneos.


Allí, y en varios puntos más también, Tantanian coquetea con la tragedia, porque en Los Sensuales hay mucho de esa poética estallada: un parricidio (se trata de un padre asesinado y de cinco hijos que al parecer no se conocen entre sí y que están sospechados del crimen), amores incestuosos (los hermanos se enamoran unos de otros), un pathos que no da respiro (todos los personajes sufren y se lo comunican al público), una falta trágica que desata el caos, y sobre todo, un tono muy poco mesurado. O dicho con más precisión: un aire dionisiaco que se impone triunfal.

Sin embargo, el desborde está controlado, y eso vuelve a la pieza mucho más interesante que otras expresiones que han apelado a los mismos recursos, cayendo en la parodia.

Claro, Tantanian se rodeó acaso de los mejores actores que hay en el teatro por estos días: Ciro Zorzoli como el padre asesinado (un padre que vemos en escena como un punto de fuga “hamletiano”), Mirta Bogdasarian, Diego Velázquez, Pablo Rotemberg, Javier Lorenzo, Nahuel Pérez Biscayart, Stella Galazzi, Gaby Ferrero y Luciano Suardi. Todos exquisitos.

Con sensuales coreografías, música al piano que inunda la escena, suicidios, desmayos, límites borroneados y un credo que reza "que el amor es traición",
Los Sensuales, basada en Los hermanos Karamázov de Dostoievski, es un melodrama “desmesuradamente contenido”.

Y como en todo buen melodrama, en esa casa sin ley paterna en donde la pasión le gana a la razón, el final es punitivo. Porque las culpas han de pagarse. Al menos en la ficción.

27.5.08

Hoy en Página/12

ENTREVISTA A ALEJANDRO TANTANIAN, AUTOR Y DIRECTOR DE LOS SENSUALES
“Dostoievski es un autor fetiche”


El actor, dramaturgo, cantante y director se basó en la novela Los hermanos Karamazov para su montaje de Los sensuales. “En esta obra pude unir drama y música, que en mí estaban muy disociados”, señala.

Por Hilda Cabrera

“Si alguien viniese a ver algo cercano a Los hermanos Karamazov no sé si lo va a encontrar.” El actor, dramaturgo, cantante y director Alejandro Tantanian no desea crear falsas expectativas, pero admite que consideraría un logro que algo de esa novela de Fedor Dostoievski –finalizada en 1880, pues la muerte impidió al autor completar la segunda parte– fuera detectado en su montaje de Los sensuales. Tantanian se atrevió tiempo atrás con El príncipe idiota (1869), no como traslación sino a modo de cantera inspiradora de Los mansos. La recién estrenada puesta de Los hermanos... fue conformándose en base a improvisaciones sobre aspectos de una novela que cuenta con varios capítulos o libros. El tercer libro se denomina Sensualistas y es, acaso, el de mayor presencia en el melodrama que puede verse los viernes y sábados a las 23:30, en El Camarín de las Musas.

–¿El parricidio sigue siendo el eje de esta historia?
–Esa es una de las líneas de esta puesta. Otra es el tratamiento de las ideas. Dostoievski es un novelista y filósofo extraordinario cuyos personajes encarnan ideas. Construye historias haciendo colisionar ideas. Esto me interesa, como su sondeo sobre la idea de Dios y el papel que juegan la voluntad y la imaginación. Me pregunto si éstas construyen la idea de Dios o si la idea de Dios las precede.

–¿A la manera de una superestructura que organiza el material humano?
–Eso queda en el fondo. En realidad, intenté construir una trama novelesca y melodramática diferente de Los mansos, que tenía una dramaturgia poética pero críptica.

Tantanian se había inspirado tiempo atrás en El príncipe idiota,
también de Dostoievski, cuando hizo
Los Mansos.

–El capítulo Sensualistas (de la novela) incorpora, finalmente, artificios propios del melodrama...
–Que Dostoievski consumía muchísimo, sobre todo el melodrama de origen francés. Era fanático de Eugène Sue (1804-1857) y de Victor Hugo (1802-1885). En su literatura hay elementos del género popular y de la novela por entregas, recreados desde un pensamiento filosófico.

–¿Dando a cada personaje un lenguaje propio?
–Un lenguaje que proporcionaba vivacidad al texto y generaba la tensión necesaria para que el lector fuera a comprar el periódico donde aparecían los capítulos.

–En cuanto a su trabajo sobre la música, ¿qué considera nuevo en Los sensuales?
–Creo que pude unir drama y música, que en mí estaban muy disociados. Hice teatro desde los ’80, estudiando con maestros muy rigurosos, como Laura Yusem, Augusto Fernandes, Juan Carlos Gené, Ricardo Monti, Mauricio Kartun. Extraordinarios. A mediados de los ’90 me decidí por el canto y comencé a estrenar De lágrimas, De protesta, De noche. En Los sensuales, pude armar un melodrama en el sentido más clásico, el de antecedente de la comedia musical, género que me interesó desde chico. Era feliz viendo El diluvio que viene o Están tocando nuestra canción, con Valeria Lynch y Víctor Laplace, en el Odeón (de Corrientes y Esmeralda), cuando todavía no había sido demolido (en 1990). Me fascinaba ese género encapsulado por la “alta cultura”.

–¿Cree que se lo desmerecía?
–La comedia musical iba por otro camino. Cuando estrené De lágrimas, en 2002, sentí que mejoraba mi comunicación con el público, y eso me produjo gran placer.

–¿Y Los sensuales?
–Pretendo que se vea como una obra coral, donde los actores cantan y hay música en vivo.

–¿Qué lugar ocupa el parricidio en este melodrama?
–Está algo relegado. Me interesaba que hubiera gran energía emocional y, sobre todo, me importó no utilizar la parodia para sostener el melodrama. Presté atención a las cualidades de la literatura de Dostoievski, por ejemplo al empleo del espacio y el tiempo, que es más una proyección de los personajes que un tiempo real. Mi impresión es que los personajes pierden noción del tiempo racional.

–¿Y respecto del espacio?
–En Dostoievski, los espacios tienen una especie de umbral que separa y al mismo tiempo ofrece continuidad: una habitación con una puerta que se abre a un pasillo o comunica con otra habitación, a veces abarrotada de gente, o lugares de tránsito, con personajes que están yendo hacia o viniendo de, a veces de oscuros callejones.

–¿A la manera de escenarios de muerte?
–De muertes tremendas. El melodrama permite esos excesos. Por ejemplo, que un personaje entregue una carta a otro y que éste, al quedar solo, sienta que se ha enamorado locamente de ese que se fue y que hasta sería capaz de matar por él. Esa condensación emocional, especie de aceleración del tiempo, es difícil de actuar para los que tenemos una formación psicologista y necesitamos una suerte de pequeñas sumas para llegar a un resultado. En Los sensuales, los actores tienen que pasar de uno a mil.

–¿Dónde ubica en su obra la “perversa sensualidad” atribuida a Dostoievski?
–En la obra, la pregunta va por la línea del deseo: ¿qué es el deseo? ¿Está regido por una ley? ¿Qué hace que una persona se revista de sensualidad? Descabezado el padre se produce el caos. El aire se envenena como atravesado por una peste. El asesinato del padre confunde: los personajes se obnubilan y los hermanos copulan, pero queda un lugar para la redención.

–¿Por el sufrimiento que inflige la conciencia?
–Esa idea no opera hoy de la misma forma que entonces.

–Quizá sí asociada a conceptos como justo e injusto: Dostoievski fue encarcelado y condenado a muerte. Pena que se le conmutó por trabajos forzados en Siberia, donde conoció a un prisionero acusado de parricidio, que después supo era inocente.
–Esa es una mirada más actual. Fue condenado por hacer circular textos que se vieron como una amenaza al régimen zarista. Estuvo ocho años preso; pasó por situaciones extremas y sufrió mucho la muerte de su pequeño hijo Aliosha, nombre de uno de los personajes de Los hermanos...

–¿A qué se debe su fascinación por Dostoievski?
–Es un autor muy ligado a mi historia personal. Mi mamá nació en Rusia, en un pueblo cercano al Mar Negro, pero su origen es armenio, como el de toda mi familia. El interés por Dostoievski me viene de mi padrino, primo hermano de mi mamá. Desertó del frente ruso. Fue perseguido, y él y parte de su familia debieron huir. Migraron por Europa hasta llegar a la Argentina. Mi padrino tenía una gran biblioteca, pero no con libros de autores rusos, salvo los de Dostoievski. Yo tenía 8 o 9 años cuando él empezó a leerme estas historias. Este padrino tuvo problemas financieros, deudas, y se suicidó en esa misma biblioteca. Recuerdo que no se podía tocar nada de allí, porque se estaba haciendo el inventario de sus bienes, pero pude robarme dos ejemplares. Para mí Dostoievski es un autor fetiche. No dejo de leerlo, lo entiendo y lo siento como si fuera mi maestro.

–¿Le importa volcar esa carga emocional en Los sensuales?
–Ojalá se descubra algo de esa intensidad mía en la obra.

24.5.08

Un comentario en la web

Alejandro Ricagno escribió acá algo sobre mí y mis cosas. Je. Gracias, Ricagno.

Ayer, 23


... fue mi cumpleaños número 42. Y - sépanlo - el mejor regalo que pude tener fue ver la función de Los Sensuales sentado en la platea: y esto no es autobombo o una sesión masturbatoria: nada de eso: fue el mejor regalo porque todos quienes hicimos Los Sensuales sabemos lo duro que fue, lo difícil que fue. Y llegar - entonces - a destino es una alegría. Je. Post sentimental, este. Pero qué importa. De ésto - también - está hecho este espectáculo. Gracias, entonces, a todos por el hermoso regalo de ayer.

23.5.08

Hoy en SOY de Página/12

Teatro
La ley primera

Los sensuales
, la nueva obra de Alejandro Tantanian, muestra en escena los efectos del amor en el momento exacto en que el bichito pica los tiernos corazones. En este caso son muchos hermanos que enamorándose mutuamente conducen a los espectadores y también a Dostoievski hasta los vericuetos más hondos del melodrama.

Por Adolfo Agopián

Hace algunos años Tantanian puso en escena una obra de Daniel Veronese que ofrece, desde el título, algunas claves sobre estos sensuales. En Unos viajeros se mueren encaraba un policial negro de amores aturdidos ciñéndolos a un espacio pequeño y único. El espacio contiene y constituye la acción. Ahora, en una escena acotada, las pasiones estallan. ¡Pero entre hermanos! ¡Casi todos varones! Atrapadas en una red de deseos encontrados y desencontrados, tres (¿dos?, ¿una?) familias sin ley se entregan a los designios asfixiantes del linaje.

Mediante recursos teatrales ligados al artificio, el dramaturgo decide una lectura atravesadísima de Los hermanos Karamasov de Dostoievski. En una primera escena coreográfica se consuma el parricidio que determinará el comienzo del melodrama. La (a)puesta lleva al límite los términos que subyacen en la etimología del género: disfrutaremos de una relación incestuosa entre música y drama. Los culebrones plantean a diario una proliferación de desencuentros amorosos en contextos realistas. En los últimos años se convirtieron en el envase preferido de situaciones melodramáticas; cada vez que el teatro se asoma al melodrama se acerca a la telenovela. La parodia parece gobernar todas las lecturas que intentan rondar la cuestión. Nada de eso encontraremos en este intrincado laberinto de pasiones fraternales. El espacio y el tiempo son del todo ajenos al realismo: no hay afuera, ni elementos anexos a las relaciones. Como si la teatralidad los obligara a reparar en sus muy semejantes. Desde la lírica del texto, la danza, las canciones compuestas por Diego Penelas, hasta las actuaciones y las luces aparecen en los cuerpos de los personajes transitando tensiones caprichosas. El peso acumulativo de las secuencias desnuda lazos de seres dominados no por un destino trágico sino por propios deseos de una sexualidad sin represiones. El carácter “homo” de la endogamia es celebrado junto a un phatos (sufrimiento) también ajeno a culpas o tabúes sociales. Un terrible erotismo se desprende de cada encuentro entre hermanos, entre tíos, como espacio lúdico sin tabúes. La ley del deseo determina intensas miradas, canciones desesperadas, desparramadas como dardos que no encuentran su blanco, y cada personaje se constituye desde el sufrimiento que aporta en la red que se va desplegando en escena. Es un placer diferente ver cómo cada uno de estos actores afronta el reto de mostrarnos su dolor. Diego Velázquez domina de manera genial las emociones de su sangrante Mijail. Impacta en un dúo coreográfico muy sexual con Pablo Rotemberg, también sensible pianista. Mirta Bogdasarian, Ciro Zorzoli, Javier Lorenzo, Nahuel Pérez Biscayart se mantienen en el borde del absurdo para mostrar sus excesos pasionales y nos dejan con ganas de más. Gaby Ferrero (preciosa en su vestido chino), Stella Galazzi (casi lorquiana en sus monólogos) y Luciano Suardi juegan un terceto de tíos algo siniestros dispuestos a ingresar en la demanda deseante del espectáculo. Este “dream team” sigue en los rubros técnicos con Oria Puppo en el vestuario y la escenografía, y el gran Jorge Pastorino, cada vez más colorido en sus luces para Tantanian.

Un comentario en la web


Puede clickear aquí o sobre el título del post para leerlo.

19.5.08

Javier Lorenzo habló con La Nación


En primer plano
Sólo se trata de entrar en el mundo del arte

Javier Lorenzo es uno de los más destacados del off


LANACION.com | Espectáculos | Lunes 19 de mayo de 2008

18.5.08

Otras fotos

Teodoro
"Jamás pude amarte. Estás vieja. Si te quise fue porque amaba a Odille. Y te parecías a ella. Un poco. El alma no."


Mijail
"Su mano, doctor, su mano en mi corazón."


El último adiós.


Odette
"Es el aire: está envenenado. Estrellas, apaguen su luz."


Mijail
"¿Puedo besarte la mano? Así... de ternura...


William
"Vemos una hormiga en el prado, escalando una hoja de pasto, más y más alto, hasta que cae. Luego escala otra vez y otra vez y otra vez, siempre intentando alcanzar la cima. ¿Por qué la hormiga hace eso? ¿Qué beneficio busca en esa actividad inusual? Esta es, justamente, la pregunta equivocada. No le produce ningún beneficio. La hormiga no está buscando alimento, ni está intentando exhibirse frente a una posible pareja. No. Su cerebro ha sido confiscado por un parásito, que necesita llegar al estómago de una oveja o de una vaca con el fin de cumplir su ciclo reproductivo. Este pequeño gusano del cerebro conduce a la hormiga a determinada posición para beneficio de su progenie, no de la progenie de la hormiga."


Damien
"No entiendo..."


Amor a primera vista.


Mijail
"Duele, doctor... Duele tanto..."


El sueño de Mijail.


Una rosa para Margaret Richardson.


Alex Richardson lee.


Mijail espera el final.

Todas las fotos de este post © Emilio Camarín

La crítica de La Nación


Al borde del estallido

Alejandro Tantanian maneja con maestría un melodrama con todas las letras


LANACION.com | Espectáculos | Domingo 18 de mayo de 2008

17.5.08

Ayer

Estrenamos. Sí. Estrenamos. Agotados, todos. Muy. Yo, feliz. Con zozobra, a veces. Tanto silencio alrededor después de tanto ruido. Siempre es así. Pero todo pasa. Y ya estaremos pensando en lo que viene. Sólo les pido a ustedes, lectores, que vengan, sí, a vernos. Los Sensuales necesitamos de ustedes.

Hoy en Crítica

Alejandro Tantanian, yendo del teatro a la canción

La palabra, en todas direcciones

Una vez que solidificó su prestigio como uno de los creadores fundamentales del panorama teatral argentino, comenzó con una extraordinaria carrera como cantante. Ahora combina ambas pasiones en su flamante puesta, Los sensuales.


Si la vocación surge a partir de las cosas que uno hace cuando es chico, el origen de la correspondencia entre Alejandro Tantanian y el teatro posiblemente se pueda remontar a su relación con las ventanas. A Tantanian le gustaba observar lo que pasaba más allá de la ventana y, confiesa ahora, podía quedarse allí por horas, absorto frente a alguna de las de su casa de Versalles. Entonces descubrió que su pasión era contar historias y comenzó a estudiar teatro con Laura Yusem, Juan Carlos Gené y Augusto Fernandes. “Grandes, enormes profesores”, los recuerda él. Así empezó todo.

Pero aun antes de decantarse por la actividad teatral, Tantanian ya tenía claro que le gustaba la música y, en los ratos libres que le dejaba el colegio, caminaba rumbo a lo del profesor de guitarra o al Colón, donde los domingos a la tarde daban El gallo de oro, de Korsakov, o Hänsel y Gretel, de Engelbert Humperdinck. Y aunque su apego a la música estuvo desde antes, tardó más tiempo en salir a la luz. Primero se hizo fama como dramaturgo y director de obras serias, reconocidas, indagando en la literatura alemana (Hölderlin, Brecht) o metiéndose con obras rusas (Dostoievski, Tsvietáieva). Pero un día las ganas fueron más fuertes y se animó con una trilogía musical (De protesta, De lágrimas y De noche, que va camino a convertirse en disco), tres espectáculos en los que cantó y bailó cual estrella de la canción. Mientras tanto, en su otra vida, disfrutaba del éxito de Los mansos, obra basada en El idiota, de Fédor Dostoievski, en la que actuaban Stella Galazzi, Nahuel Pérez Biscayart y Luciano Suardi, que logró lo que pocos espectáculos del off consiguen: tres temporadas en cartelera.

Hacía falta, entonces, que de la cabeza de Tantanian (qué musical suena, también, su apellido) surgiera un espectáculo que diera cuenta de sus dos mundos. Y entonces llegó Los sensuales, que se estrenó anoche en El Camarín de las Musas e incluye en su elenco, además de los tres actores que participaron de Los mansos, a Mirta Bogdasarian, Gaby Ferrero, Javier Lorenzo, Pablo Rotemberg, Diego Velásquez y Ciro Zorzoli. Los sensuales no solamente sumó integrantes sino también recursos: además de actuar, siete de ellos cantan. “Me importaba que las canciones fueran el sostén expresivo cuando las palabras ya no pudieran dar cuenta del estado emocional de los personajes. Esa suerte de zozobra, de no encontrar qué decir en las situaciones límites a las que están sometidos los personajes, opera a través de la música como una especie de vehículo de la desesperación”.

Zozobra y desesperación, sí, porque Los sensuales es sobre todo un melodrama. O así le gusta definirlo a Tantanian: “Se trata del amor, de los amores contrariados. Y de relaciones paternofiliales, que siempre son complejas. Y emociona porque ésa es la gran voluntad del espectáculo. Me parece que hay algo de lo que acontece ahí que tiene una densidad y una presencia que están buenísimas y que el espíritu del espectáculo va a ir al encuentro del espectador, a tomarlo, a interesarlo, a conmoverlo, a apresarlo”. Todo eso dice Tantanian, y sigue: “Es una obra que te hace preguntar algunas cosas, te responde otras, y que trabaja desde la narrativa, un poco en oposición a lo que fue Los mansos, que era un espectáculo más cercano a la poesía. Esta vez quise contar un cuento. Tampoco es que sea un relato convencional, porque mi dramaturgia no lo es, pero se parece bastante”.

En el principio fue el grupo de actores que leía una novela, Los hermanos Karamazov. Por esos días, Los sensuales todavía no se llamaba de esa forma, sino Karamazov. Más tarde apareció el nombre, aunque con subtitulado: “Melodrama decididamente inspirado en Los hermanos Karamazov”. Después, el “decididamente” se transformó en un “lejanamente”. Y, al final, la frase desapareció. “A lo largo del proceso, la novela empezó a quedar muy atrás desde el punto de vista de su literalidad. Por eso es que hoy ya no la mencionamos. Sí hay un parricidio y hay hijos; quizás el que haya leído la novela encuentre un montón de cosas en común, pero ésas ya serán apropiaciones subjetivas. Yo creo que nos alejamos de ahí.”

Y, si no, habrá que mirar el blog de Los sensuales (lossensuales.blogspot.com), que sigue la línea de las bitácoras que el director ya había creado para Los mansos, Y nada más, Romeo und Julia y Cuchillos en gallinas. Su primer post data de hace más de dos años e incluye –nada más, nada menos– la versión completa de la novela que les sirvió como inspiración, una manera de brindar a los espectadores la chance de recorrer el mismo camino que los actores. Siguen las fotos de los ensayos, apuntes del director, presentación de los actores y así. “El blog es una herramienta que me ordena y me hace pensar todo el tiempo en el espectáculo de una manera ordenada, porque me obliga a construir algo para que alguien lea, me obliga a comunicar. Y, como los ensayos en las salas independientes son espasmódicos, es bueno tener algo que obligue a estar pensando durante más tiempo en eso que uno está creando”, explica. Pero hay una razón más que lo lleva a compartir el recorrido creativo: “Creo que en la actividad artística lo importante es el trabajo procesual, más allá de los resultados. Obviamente prefiero y pretendo que la obra le guste a mucha gente, pero hay algo del proceso que me interesa contar: lo tortuoso que fue por momentos, lo feliz que fue en otros, lo difícil que fue casi siempre. Me interesa desestimar cierta creencia de que el teatro es una cosa sencilla, porque hay mucha gente en Buenos Aires que hace teatro como si estuviera poniéndose una media. Creo que por eso estamos como estamos: no creo que toda la producción de esta ciudad sea atendible ni creo en la democratización del arte, como no creo en la democratización de la cirugía cardiovascular. Es cierto que hay gente que tiene una vocación real, que estudia y trabaja a destajo para pagarse sus clases, pero también hay mucho boludo alegre que a veces hasta tiene la misma repercusión. Por eso, mis blogs son, también, una especie de cruzada personal”.

Próxima estación, Alemania
El mes de junio encontrará a Alejandro Tantanian disfrutando del solcito alemán (que sí, existe) en un viaje que tendrá varias escalas. La primera, el festival Theaterformen en la ciudad de Braunschweig, donde Los mansos compartirá cartel con obras de Chile, Francia, Irán, Nueva Zelanda, Países Bajos y Uzbekistán. Por fuera del programa oficial, el director también presentará su espectáculo musical De noche que después seguirá de gira por el Festival de verano de la Akademie Schloss Solitude de Stuttgart, la institución que lo becó en 1998. Y como para que la cosa no se corte por el fin del verano boreal, prepara una versión de El desaparecido (América), de Franz Kafka, para estrenarla en el Teatro Nacional de Mannheim en abril del año que viene.

Natalia Laube.

16.5.08

Socorro Quinto Año: veinte años antes

Para que juzguen similitudes y diferencias. Ver el post de abajo, nomás.

¡Socorro, quinto año! El regreso

Fabián Marelli (el fotógrafo de La Nación) supo entrever la trama oculta de Los Sensuales. A él le debemos - gracias Fabián - este extraordinario retrato de grupo que intenta emular las horas adolescentes de Socorro quinto año, pero veinte años después. Cualquier semejanza del presente retrato con el contenido real del espectáculo avisen a este blog.

¿Por qué será roja?

Hoy, sí: el estreno. Llegamos. Un verdadero milagro: proeza de todos nosotros. Felices con lo que tenemos: deseando que esa sea la felicidad de todos ustedes que verán, sí: verán. Comienza la vida pública de Los Sensuales.

Hoy en La Prensa

INSPIRADO EN "LOS HERMANOS KARAMAZOV" EL DIRECTOR CREO UNA NUEVA PIEZA
Tantanian y Los Sensuales
La obra parte de un parricidio en el que que están implicados miembros de dos familias mal avenidas. Es un melodrama, cuyos personajes están unidos por el erotismo y la locura. Se verá a partir de hoy en El Camarín de las Musas.

Después de Los mansos inspirada en El idiota de Fedor Dostoievski, Alejandro Tantanian volvió al autor ruso, leyó varias veces su novela Los hermanos Karamazov y a partir de ella, él y sus actores crearon Los sensuales, una pieza que estrena hoy, a las 23.30, en El camarín de las musas, de Mario Bravo al 900.

En La Prensa, Tantanian explicó que terminar de escribir y definir el género de la pieza le llevó un año y medio de ensayos. "En verdad -dice el autor y director- el nombre surge del título del tercer libro incluído en Los hermanos Karamazov, pero el espectador que venga a vernos con la idea de encontrar a los personajes de la novela en la obra, se va a dar cuenta que no es así. Dostoievski funcionó como un inspirador de esta pieza a la que me gusta definir de melodrama. El amaba el melodrama francés, por ejemplo, y eso provocó que yo también me inclinara por ese género."

SIN PADRE NI LEY
Bien acompañado por un equipo de grandes actores (Ciro Zorzoli, Mirta Bogdasarian, Luciano Suardi, Diego Velázquez, Pablo Rotemberg, Javier Lorenzo, Nahuel Pérez Biscayart, Stella Galazzi y Gaby Ferrero), Tantanian también destaca que en el guión de la pieza colaboraron Martín Tufró y Nicolás Schuff.

-¿Con qué personajes se va a encontrar el espectador?
-La obra es un melodrama que comienza con escenas que remiten a un policial. Pero la idea fue trabajar sobre el deseo indómito, el amor y el desamor. La historia abre con un crimen. Odette Malheur, la amante del muerto, decide hacer una investigación y para eso llama a sus dos hermanos, a los que hace tiempo no ve. A ellos les encarga que averigüe qué ocurre en las casas de los hijos de Teodoro Tigrov que fue asesinado con golpes de martillo. Los hijos del hombre forman dos familias, que no se conocen entre sí. Se los conoce por los Richardson y los Tigrov. La primera la integran tres varones y la segunda, dos mellizos, una mujer un hombre.

-¿Odette sospecha que alguno de ellos cometió un parricidio?
-Sí, luego cuando ellos se conocen se entrecruzan las parejas y aparecen situaciones de amor con distintas características. Eso ocupa el setenta por ciento de la historia. La idea es que luego de la desaparición del padre, deja de funcionar la ley y cualquier cosa puede suceder. Los hermanos tienen relaciones entre ellos y aparece el incesto, entre sobrinos, tíos, padres, madres y hermanos.

EL ASESINATO
-En Los hermanos Karamazov también aparece un parricidio.
-El parricidio en la novela es uno de los hechos centrales, que funciona como el motor del drama. En nuestra obra ocurre lo mismo, pero los personajes nada tienen que ver con la novela, es una creación mía y del equipo. Me interesó trabajar ese concepto de la acefalía de la ley. En medio de ese caos aparecen situaciones referidas a la sensualidad, al abandono de la razón, la moral y los tabúes.

-¿Lo que usted cuenta tiene alguna relación con el padre que aparece en la novela de Dostoievski?
-El pinta al padre de los Karamazov como una especie de bufón. Un ser despreciable en todo sentido, cuyo asesinato no reviste ningún carácter trágico. Aunque ese hombre sea un monstruo, eso no quita que sea el padre. Para trabajar nuestra historia tomamos en cuenta algunos aspectos. Uno de ellos es que la novela fue escrita en 1880. Al año siguiente Dostoievski muere y su entierro es uno de los más concurridos. En 1882 muere el Zar Nicolás II. A su vez un filósofo como Nietzsche leía a Dostoievski. A partir de estos datos se nos ocurrió que la idea del hombre liberado de cualquier ley y a expensas de sí mismo, resume de algún modo la propuesta de Los sensuales.

Juan Carlos Fontana

15.5.08

Un regalo de Dios

"La música - dice Alex Richardson (Pablo Rotemberg) - es un regalo de Dios."

Las dos primeras piezas que escucharán (y verán) en este video son centrales en la trama de Los Sensuales: Chiarina y Chopin. Ambas pertenecen al Carnaval de Schumann. Arrau, el único, las toca para todos ustedes. Que las disfruten.

Hoy en Ámbito Financiero

Ciro Zorzoli habla de "Los sensuales", variación de Karamazov
"Ni Dostoievski estaba a la altura de esta pasión"

Ciro Zorzoli protagoniza al padre terrible en «Los sensuales», nueva obra de Alejandro Tantanian que partió de «Los hermanos Karamazov».

El viernes subirá a escena en el Camarín de las Musas (Mario Bravo 960) uno de los estrenos más esperados de la temporada del circuito off Corrientes. Se trata de «Los sensuales», obra escrita y dirigida por Alejandro Tantanian, que además de reunir a talentos de la escena alternativa aborda un tema de actualidad: la caída de la figura paterna.

No se trata de un drama psicológico sino de un desaforado melodrama plagado de relaciones incestuosas y pasiones fuera de control. El nuevo espectáculo de Tantanian tuvo su punto de partida en una libérrima adaptación de «Los hermanos Karamazov», que luego se dejó de lado. Aunque en esta versión sobreviven algunos núcleos temáticos de la novela de Dostoievski -entre ellos el parricidio que pone bajo sospecha a todos los hijos del muerto- su trama es diferente y ha sido enriquecida con canciones y coreografías. Integran el elenco Luciano Suardi, Nahuel Pérez Biscayart, Stella Galazzi, Pablo Rotemberg, Javier Lorenzo, Mirta Bogdasarian, Diego Velázquez, Gaby Ferrero y Ciro Zorzoli con quien dialogamos antes del estreno. El actor tiene a su cargo el papel de Teodoro, un padre tiránico y brutal cuyo asesinato produce estragos entre sus hijos.

Periodista: ¿Qué consecuencias acarrea este parricidio?
Ciro Zorzoli: El asesinato de Teodoro equivale a una ausencia de ley y esto desencadena una explosión de sensualidad, enamoramientos y pasiones. Hay mucha confusión porque Teodoro ha tenido hijos con distintas mujeres y estos, a su vez, ignoran que son hermanos. Cuando lo descubren es demasiado tarde porque ya se han consumado varios amores prohibidos.

P.: ¿No ocurre nada feliz?
C.Z.:
No. El final es cruento. Odette, la última esposa de Teodoro, venga la muerte de éste culpabilizando al más conflictivo de los hijos y además se encarga de anunciarle a todos su condición de hermanos incestuosos.

P.: Ya veo... ¿Va en serio o hay algo de parodia?
C.Z.: La intención de Tantanian fue apostar al melodrama desde un lugar de verdad y con un tono expresivo muy jugado debido a la exaltación de los sentimientos. Las cosas no suceden de acuerdo con una lógica racional porque, de ser así, nunca sucederían. Lo que prima es lo impulsivo y en ese sentido las canciones funcionan como si fuesen otro plano de lo dramático: cuando las palabras ya no alcanzan para expresar lo que uno siente se pasa al plano musical.

P.: ¿La muerte del padre genera una suerte de maldición?
C.Z.: Lo complejo de la relación con el padre es que, por más que éste haya sido un ser despreciable, el vínculo con él siempre es ambivalente. Su muerte puede provocar en el hijo una fantasía de liberación, cuando en realidad genera todo lo opuesto. Y no resuelve nada, sólo produce un enorme vacío.

P.: ¿Podemos relacionar este parricidio de resonancias míticas con la crisis de autoridad que está padeciendo la Argentina?
C.Z.: Sí, claro. Yo trabajo en docencia desde hace varios años y observo un fuerte cuestionamiento de parte de los alumnos hacia quienes ejercen determinadas funciones. Como si ahora todo el mundo fuese sospechoso de no merecer el espacio que ocupa. El cuestionamiento al saber está a la orden del día y esto sucede en todos los ámbitos, incluso en relación a la figura presidencial.

P.: ¿Cómo sería en ese caso?
C.Z.: Un cargo elegido por el pueblo ya no es suficiente, importa más el carisma que tenga el gobernante y no tanto su idoneidad para ocupar determinado lugar. Hoy se sospecha de la autoridad como si fuese algo negativo. Quizás se deba a lo que ha vivido la sociedad argentina siempre oscilando entre el autoritarismo y el laissez faire. No estamos acostumbrados a que alguien pueda ocupar un lugar de autoridad asumiendo la responsabilidad que le compete a su función sin necesidad de recurrir a medidas autoritarias ni a medidas populistas y permisivas.

P.: En el elenco de «Los Sensuales» hay varios directores -usted incluido- que muy generosamente se han sumado a este proyecto en calidad de actores. ¿No es un gesto atípico en un ambiente que se ha vuelto cada vez más individualista y competitivo?
C.Z.: Creo que es un mal de la sociedad argentina donde cada vez es más difícil el encuentro con el otro. Como sucede en otros rubros, todos se quejan de que hay muchos haciendo lo mismo que uno. Convengamos que la ciudad está saturada a todo nivel ¿por qué no habría de estarlo en el ambiente teatral? Por otro lado ciertas políticas culturales han reducido los espacios para la creación y eso genera un alto nivel de crispación y de rivalidad entre aquellos que aspiran a tener un subsidio o una determinada producción. Felizmente, hay otra gente que está empezando a generar tramas solidarias y no se queda rumiando «a mí no me dan y a otros sí», sino que se esfuerza en buscar otros modos de hacer y de pensar el teatro. Son artistas hacen lo suyo sin hablar en «contra de» o en «oposición a». Lo importante es que piensan en términos positivos y se vinculan con los demás sin envidia ni divismos.

Entrevista de Patricia Espinosa.

Hoy en La Nación


Sensuales, melodramáticos y estallados

Después del éxito de


LANACION.com | Espectáculos | Jueves 15 de mayo de 2008

14.5.08

Músico invitado

Robert Schumann

Nació como Robert Alexander Schumann en la ciudad alemana de Zwickau, en lo que hoy es el Estado federal de Sajonia. De niño Schumann ya puso de manifiesto sus dotes musicales. Su padre, de profesión editor, le apoyó y le procuró un profesor de piano. A los 7 años Schumann compuso sus primeras piezas musicales.

Así, en esa etapa de su vida no sólo componía obras musicales, sino que también redactaba ensayos y poemas, y de hecho el joven Schumann se identifica tanto con la literatura como con la música. A los 14 años escribe un ensayo sobre la estética de la música. Ya desde que estudiaba en el colegio absorbe la obra de Schiller, Goethe, Lord Byron, así como los dramaturgos de la Grecia Clásica; pero la influencia literaria más poderosa y permanente es sin duda la de Johann Paul Friedrich Richter. Tal influencia puede apreciarse en sus novelas de juventud, "Juniusabende" y "Selene", de las cuales sólo la primera fue concluida (1826).

Su interés por la música había sido estimulado desde niño al escuchar tocar a Ignaz Moscheles en Carlsbad, y en 1827 a través de las obras de Franz Schubert y Felix Mendelssohn.

Su padre, que tanto había fomentado la educación de Robert como pianista y escritor, fallece en 1826; su madre no aprueba la dedicación a la carrera musical y en 1828 le envía a estudiar Derecho a la Universidad de Leipzig. Pero no tardó en abandonar los estudios para consagrase enteramente a la música.

El abandono de la carrera de concertista

Hacia 1830, Schumann deseaba por encima de todo convertirse en un virtuoso y admiraba la ejecución de los más renombrados concertistas de su época, como Paganini y Liszt. Por tanto, el joven Schumann, de innegable talento como pianista, se empleó a fondo en perfeccionar su técnica de teclado, siendo sólo el azar o el destino lo que le obligó a abandonar este camino y convertirse finalmente en uno de los más reconocidos compositores de su siglo.

Entre sus amigos se encontraba Friedrich Wieck (padre de Clara, su futura esposa), notable pedagogo musical, que le dio lecciones. Después de abandonar a Wieck prosiguió solo estudiando piano. Existen varias fuentes que difieren respecto a cómo dañó Schumann su mano derecha en 1830, siendo la más aceptada la de que para fortalecer el cuarto dedo ideó un aparato que de hecho lo inutilizó casi completamente (la musculatura del cuarto dedo está conectada al tercer dedo, convirtiéndolo en el dedo más débil). Otras fuentes citan la cirugía fallida, o incluso los efectos secundarios de la medicación para la sífilis. De cualquier modo, las esperanzas de Robert Schumann de emular a los virtuosos, o tan siquiera de llegar a destacar como concertista, se desvanecieron.

Desde su adolescencia Schumann había compaginado sus diversas actividades y estudios con la composición y ya había creado obras importantes, sobre todo para piano, pero también sinfónicas y de cámara. Desde ese momento se entrega con pasión a la composición, comienza a estudiar teoría con Heinrich Dorn, director de la ópera de Leizpig, y considera la posibilidad de escribir una ópera sobre Hamlet.

Compositor y crítico

En paralelo a su nueva actividad como compositor, iniciaba su obra de crítico musical, que generó una abundante producción literaria. Su excepcional formación y aptitud literaria se plasmaban en críticas musicales, en las que, a través de personajes imaginarios, profundizaba en las obras de sus contemporáneos. Un famoso ejemplo es su ensayo sobre las variaciones de Chopin sobre un tema de Don Juan, que apareció en el Allgemeine musikalische Zeitung en 1831.

Su Opus 2 Papillons (Fr., "Mariposas") escrito en 1831 es otro ejemplo excepcional de la fusión entre literatura y composición musical de Schumann. Se trata de una composición para piano, que consta de varias escenas de danza inspiradas en una fiesta de disfraces. Cada danza trata de retratar a diferentes personajes y no guardan relación entre sí, excepto la última. Según escribiría el propio Schumann, está inspirada en la última escena de la obra Flegeljahre de Johann Paul Friedrich Richter y mezcla el carácter festivo con un extraordinario sentimiento melancólico.

La muerte en 1833 de su cuñada Rosalie y de su hermano Julius le causaron una crisis nerviosa e intentó suicidarse. Las crisis, depresiones, intentos de suicidio y periodos de reclusión completa fueron frecuentes en la vida de Schumann y se acentuaron a partir de 1844, continuando en aumento hasta su muerte (incluso llegando a escuchar voces y experimentar alucinaciones). Este declive psíquico se relacionó inicialmente por los historiadores del siglo XIX con la sífilis (o con el desastroso tratamiento médico a base de mercurio, habitual en la época y casi peor que la enfermedad en sí), pero la posibilidad ha sido descartada debido a que los síntomas de desequilibrio mental de Robert Schumann ya eran evidentes desde su juventud, antes de que cualquier síntoma de la sífilis pudiera haberse manifestado. La teoría más aceptada actualmente es que padecía de trastorno bipolar (enfermedad maníaco-depresiva). Pero la gran intensidad creativa de Schumann se concentraba en sus periodos de lucidez, de forma admirable. Tan pronto como se restablecía de un período de enfermedad, se entregaba frenéticamente a la composición, trabajando de modo incansable. No sólo escribía las melodías principales ni se limitaba a las obras para piano, sino que pese a estar en un estado físico y mental muy degradado, escribía la instrumentación sinfónica completa de todas sus obras, hasta la extenuación.

Tras recobrarse de esta crisis, en 1834 fundaría la revista Neue Leipziger Zeitschrift für Musik que dirigió hasta el fin de su vida. Es en esta publicación donde da rienda suelta a su crítica musical, considerada en aquella época como excéntrica, pero que hoy día etiquetaríamos como visionaria. A principios del siglo XIX, compositores como Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven y Carl Maria von Weber eran vistos como figuras menores, por lo que se consideró una excentricidad que Schumann los elevara como grandes compositores, por no hablar de su aprecio a figuras contemporánea, como Chopin o Héctor Berlioz. En esta nueva publicación, hizo todo esto y mucho más.

En el verano de 1834 se enamora de Ernestine von Fricken, una chica de 16 años con quien mantendría una breve relación que él mismo rompería al acabar el año. Es durante este flirteo cuando compone su obra más aclamada, Op. 9, Carnaval. Se trata de variaciones sobre las notas que componen la palabra Asch (pueblo natal de Ernestine) en la notación alemana. También son las letras con alguna nota equivalente en el propio apellido de Schumann. Cada variación comienza con esas notas y, más que nunca, Schumann emplea para la composición la ilustración musical de una historia, con personajes y guión bien definidos. Además consolida el formato de composición que ya inició en Papillons, creando temas muy breves y generalmente no relacionados entre sí, aunque estén inspirados en la misma escena literaria. La mayoría de las composiciones para piano de Schumann están formadas por movimientos que duran pocos minutos, o incluso menos de un minuto.

Conoció personalmente a Mendelssohn en casa de Friedrich Wieck en el año 1835 y le mostró su admiración; poco después conocería a Chopin. Durante toda su vida Schumann mostró hacia sus compañeros músicos una amistad sincera y una actitud de crítica constructiva, libre de rivalidades, algo poco frecuente en un crítico musical que también es compositor. Esta actitud abierta y generosa le permitió ser el "descubridor" de Johannes Brahms cuando éste sólo era un joven y desconocido pianista de 20 años. Brahms se convirtió en íntimo amigo de Schumann (y de su esposa Clara Wieck, especialmente en los años en los que la enfermedad de Schumann se agravó) y se vio claramente influido por su música.

Matrimonio con Clara Wieck

Es en casa de Wieck, su antiguo maestro, donde conoce a su futura esposa. Se trata de Clara Wieck, su hija, y ya para entonces afamada pianista que había sido "niña prodigio", bastante famosa internacionalmente en aquella época, y de hecho se la considera la pianista más importante del siglo XIX. En 1836 inician una relación amorosa en secreto, fundamentalmente por carta, seguramente debido a la diferencia de edad entre ambos (Clara sólo tenía 16 años) y también porque Clara se encontraba de viaje constantemente, actuando por toda Europa. Es durante esta relación clandestina cuando escribe Escenas de la infancia, tal y como le relata por carta a la propia Clara. Un año más tarde Robert pide la mano de Clara a su padre, pero éste se niega. Finalmente se casan en 1839, para lo que deben recurrir a los tribunales al no tener la aprobación de Friedrich Wieck. Permanecieron juntos hasta la muerte de Robert y tuvieron ocho hijos.

Clara era una pianista excepcional y tuvo una gran influencia musical sobre Robert. Ella le instó a no limitarse a la composición para piano (en estos años escribe Lieder y Álbum para la juventud), recomendándole que se dedicara a la composición para orquesta y se consolidara así como un gran compositor de su tiempo. Es precisamente a partir de 1841 cuando compone oberturas sinfónicas y conciertos, en los que, sin embargo, el piano sigue teniendo un papel principal.

El Conservatorio de Leipzig le abrió las puertas en 1843 y fue nombrado profesor de piano y composición.

Los últimos años de Schumann

En 1844, tras un viaje a Rusia, atravesó un nuevo periodo depresivo y abandonó Leipzig para instalarse en Dresde. Durante los años siguientes su salud mental y física se iba debilitando, lo cual no le impidió trabajar en multitud de obras, como sus dos Sonatas para piano y violín, su Concierto para violonchelo y orquesta y su única ópera, Genoveva (que no gozó de éxito). Incluso cuando, a partir de 1852, sus episodios de locura le mantienen convaleciente casi todo el tiempo, consigue aprovechar sus momentos de lucidez para completar su Misa, Requiem, Sinfonía en Re menor y Concierto para violín y orquesta.

El 27 de febrero de 1854, Schumann se arroja al Rin y es rescatado a tiempo, pero su mente ya se ha perdido para siempre. Es internado en un sanatorio privado en Endenich cerca de Bonn, Alemania, donde permanece hasta su muerte el 29 de julio de 1856. Tenía sólo 46 años. Muere víctima de la sífilis. Fue enterrado en Bonn, y en 1880 se erige sobre su tumba una estatua de A. Donndorf.

Tras su muerte, Clara se entregó a dar a conocer por toda Europa la obra de Robert, dándole gran fama tras varias décadas de giras.

Otros tiempos


En épocas prehistóricas, el hombre primitivo había vivido en pequeñas hordas –el último colectivo natural- dominadas por un macho poderoso, amo y padre de la horda entera, con un poder ilimitado que ejercía brutalmente y a quien todas las hembras pertenecían. El destino de los hijos varones era muy duro si despertaban los celos del padre: muerte, proscripción o castración. El siguiente paso decisivo hacia la modificación de esta primera forma de organización habría consistido en que los hermanos se concertaron para dominar y dar muerte al padre en un acto de canibalismo, luego rememorado en el banquete totémico.

En el nombre del padre

Nombres del padre (Noms-du-Père en francés), más preciso que el más difundido nombre del padre es un concepto introducido por Lacan considerando la noción freudiana del edipo. En sus investigaciones Lacan devela a la función paterna como el soporte de la actividad simbólica de cada sujeto, la función paterna es clivadora ("castradora") e instauradora de La Ley.

Entiende Lacan que la función paterna tiene como correlato a una suerte de significante (téngase en cuenta que la teoría lacaniana considera al inconsciente constituido de un modo similar a un lenguaje) que se inscribiría inconscientemente, tal significante es el denominado nombre del padre. Tal significante substituye o metaforiza al deseo de la madre.
Se considera que tal metaforización con tal significante (el llamado Nombre del Padre) es el pasaje que permite el acceso a la cultura para cada sujeto (aunque el mismo Lacan parece poner en duda esto último).

48 horas

... son las que nos separan del estreno. Los nervios apremian, claro. Y la felicidad de haber llegado a destino. Si. Que así sea.

Ciro Zorzoli es Teodoro Tigrov antes del golpe final.

12.5.08

Reserve YA!


Los Sensuales
Melodrama de Alejandro Tantanian


desde el viernes 16 de mayo
Viernes y sábados a las 23:30
El Camarín de las Musas
Mario Bravo 960
Reservas al 4862-0655
Capacidad limitada.

10.5.08

Los Sensuales

"Todos nosotros somos así, también en tí que eres un ángel vive este gusano, y desencadena en tu sangre los huracanes. Sí, porque la sensualidad es un huracán, ¡es peor que un huracán!"


"Vemos una hormiga en el prado, escalando una hoja de pasto, más y más alto, hasta que cae. Luego escala otra vez y otra vez y otra vez, siempre intentando alcanzar la cima. ¿Por qué la hormiga hace eso? (...) La hormiga no está buscando alimento, ni está intentando exhibirse frente a una posible pareja. No. Su cerebro ha sido confiscado por un parásito, que necesita llegar al estómago de una oveja o de una vaca con el fin de cumplir su ciclo reproductivo. Este pequeño gusano del cerebro conduce a la hormiga a determinada posición para beneficio de su progenie, no de la progenie de la hormiga. (...) A nosotros, los seres humanos, nos pasa lo mismo. Hay hombres que dejan de lado todo y dedican sus vidas a fomentar los intereses de una idea que se alojó en sus cerebros. Hay muchas ideas por las que vale la pena morir. Pero a diferencia de los gusanos, las ideas no están vivas y no invaden cerebros: son creadas por mentes. Eso. Alguien, alguna vez creó la idea del amor. Y aquí estamos, creyendo que somos libres."