22.4.08

El número dos

Dos son las familias formadas por Teodoro Tigrov. Dos son los mellizos Tigrov, dos pares de gemelos arrojó al mundo la familia Malheur (Odette y Odille, Alberto y Lise), siempre hay dos para amar a uno y cuando uno ama, ama a dos. Los Sensuales ensaya todas las variaciones posibles del número 2: desde el número de escenas, hasta el trazado secreto de ciertos movimientos sobre el espacio, desde el silencio hasta la música: dos son las piezas para piano y dos son los corazones que se rompen. No hay nada más allá de(l) uno: y cuando eso sucede, llega el dos, y al llegar trae la desdicha, la sangre y la muerte inexorable. En el otro está el castigo: proyección enferma de lo propio. No hay unión posible sin el otro, claro. Pero primero se precisa ligar el uno y el proceso que narra Los Sensuales traza ese camino: del uno al dos. Lástima que ese uno aún no esté lo suficientemente maduro para asumir al dos. ¿Suena a manual de Autoayuda? Nada más lejos porque en Los Sensuales nadie puede ayudar a nadie aunque el deseo de hacerlo persista sobre los cuerpos. Muerto el padre -figura emblemática de esta obra- los unos se disgregan y salen -desesperadamente- a buscar eso que les falta. Siempre, claro, el problema es el origen. Los Sensuales se religan al padre a través del crimen (gracias, Dostoievski, seguís pensando junto a nosotros pese a la distancia decidida). La pasión es otra de las puertas que conducen a esa rara necesidad de comprender qué somos. Seres desgraciados, todos, condenados al dos desde el nacimiento. Tanto penar para evitar la desgracia cuando bastaba con reconocer que es la desgracia lo que supo construirlos. Los Sensuales: carnaval del dos. Bienvenidos todos.


¡Oh amor sin remo, en la Unidad gozosa!
¡Oh círculo apretado de la rosa!

Con el número dos nace la pena.

Ayer

Fue ayer. A las 22:30 largamos la media pasada (situación extraña que decidimos frente al tiempo que tenemos de ensayo los lunes por la noche): escena 16 hasta el final (escena 28). Todo supo ensamblarse de buena manera. Pude ver, sí, lo que asoma. Y me fui contento a dormir. Hacía mucho tiempo que no me dormía feliz con Los Sensuales - deseando que alguna vez llegara el sueño conciliador: el que permite unir lo soñado con lo real. Vamos llegando a esa síntesis. Claro: todo tiende a disolverse en el aire. Espero - ansío, sí - que la materialidad de Los Sensuales pueda afirmarse al suelo de nuestra sala y sorprenda, emocione y golpee a todos los espectadores. Un buen melodrama tiene esa obligación: emocionar hasta las lágrimas. Y espero que Los Sensuales lo haga, espero que Los Sensuales sea un buen melodrama.

19.4.08

La primer pasada

(incompleta): ausentes con aviso: Javier Damien Lorenzo y Pablo Alex Rotemberg. Primera vez que actuamos de noche. Lejos, todavía, de lo que será. Pero más cerca de lo que sueño que sea.


El director habla con Odette Malheur sobre algunas cosas que prefiere no confesar en el espacio de este blog.

Odette Malheur anuncia el dolor del inicio.

Mijail Tigrov escribe cartas de amor mientras escucha esa música triste.

Odette Malheur espera el fin.

Teodoro Tigrov canta mientras su hijo William sabe escuchar lo que desencadenará el infierno.

Lise Malheur canta el dolor del amor. Los sueños incumplidos, el perfume que se disuelve en el aire.

Mijail Tigrov a punto de cerrar esta historia para siempre. ¿Lo conseguirá?


William Richardson espera, Odette Malheur espera.

Lise y Alberto Malheur de regreso.

Los Malheur: el comienzo del fin.

Teodoro Tigrov desde el Parnaso observa lo que el dolor dicta en las vidas de quienes lo odiaron y amaron.

Alberto Malheur descubre que el amor es posible.

William Richardson lee cartas.

Sonja Tigrov: espera en el vacío.

Todas las fotos © Ernesto Donegana

13.4.08

Minae Mizumura dice:

"No todas las novelas tienen cualidades melodramáticas, es obvio, ¡pero todas las historias memorables sí! Esto es particularmente cierto de Cumbres borrascosas, por supuesto, y ojalá haya pasado a Una novela real, entre cuyos personajes hay un héroe más que humano, un Übermensch. ¿Saben?, creo que este tipo de novelas son las más difíciles de escribir. No solo porque deben, por definición, ser largas y cada vez más entretenidas. La tarea del novelista es asegurar que cada frase de la novela convenga a la verosimilitud de la situación, de modo que parezca una pintura de la realidad humana lo que en el fondo es melodrama... Dotar de espesor de realidad a argumentos que, si los contamos brevemente, suelen ser muy tontos..."

Minae Mizumura es novelista, es japonesa y escribió Una novela real, recientemente editada por Adriana Hidalgo. El fragmento aquí citado pertenece a un reportaje realizado por Leopoldo Brizuela y Oliverio Coelho y que se puede leer, completo, aquí.

12.4.08

Usted: no se pierda Los Sensuales

Teodoro Tigrov ha sido asesinado a golpes de martillo.
Su atribulada amante, Odette Malheur, fue testigo del asesinato. Pero la noche supo ocultar el rostro del asesino.
Será Odette, entonces, quien decida poner en marcha el plan para revelar la identidad del criminal: el primer paso será convocar a sus hermanos: Lise y Alberto Malheur - a quienes no ve desde hace veinte años, desde que unió su vida a la de Teodoro – para que la ayuden con la investigación.
Los sospechosos son cinco: Mijail y Sonja Tigrov (oscuros y melancólicos mellizos –hijos de Teodoro Tigrov y Odille Malheur (hermana gemela de Odette, muerta hace ya veinte años) y Alex, Damien y William Richardson, hijos del mismo Teodoro y una tal Margaret Richardson (que Teodoro supo ganarse en una fasta mesa de póquer.)
Los cinco sospechosos son –claro- hijos del mismo padre.
Pero no lo saben.
O eso al menos simulan.
Odette teje las redes y convoca a la fuerzas del mal para que el deseo envenene el aire.
Lo que sigue es una innumerable cantidad de historias apasionadas, de melodías exaltadas, de deseos sin cauce, de cuerpos entregados a la pasión más descontrolada. Esta irrefrenable catarata de emociones llevará a un final único y desmesurado que sólo sabrá encontrar su límite frente a la caída del telón.

6.4.08

Una pasada general

... o algo así. El lunes pasado, 31 de marzo, cerramos el mes con un desfile de todas las escenas en el estado en el que estaban. Algunas, avanzado; otras, balbuceantes. Lo bueno fue poder "ver" la totalidad. Encomillo el verbo porque la manera en que puede ser visto el todo a esta altura del proceso dista mucho de la visión que imagino será la final. Pero la pasada tuvo sus beneficios: pude entender algunas cosas del ritmo, descubrir ciertos amaneramientos en el texto y darme cuenta de ciertos desniveles en el orden de la trama.


También probamos la presencia de todos en escena durante todo el tiempo. El tráfico humano en el escenario despierta buenas posibilidades (sobre todo en las cuestiones rítmicas y en el afianzamiento de ciertos vínculos entre los personajes). Todavía el espectáculo no es libre. Claro, primero debería ser para poder encontrar ese espacio de libertad, esa circulación que yo imagino y aún no veo. Tal vez estas notas de hoy despierten poco entusiasmo en los hiopotéticos lectores. Lo que puedo asegurar es que cuando Los Sensuales conozca su estreno este post será el testigo que dará cuenta (o no) de que hemos logrado el cometido.