30.11.08

El final

Así empezó todo: allá por noviembre de 2006.

Hoy: 29 de noviembre: despedimos Los Sensuales. Fueron seis meses junto a quienes nos vieron. Seis meses de intensidad inusitada (al menos para mi - aparente - calma). Pudimos torcer situaciones que el destino (o nosotros mismos) nos presentaba(mos). Hoy, más calmos, más emocionados, más cerca de la despedida veo que este espectáculo fue el fruto de muchos esfuerzos, de muchos dolores, de muchos silencios. Todo - desde el primer día - tuvo el sello de la sensualidad: desmesura - sí. Hoy, nos despedimos. Y abrazo a cada uno de los que estuvieron asociados a este enorme proyecto. A todos. El año que viene no reestrenaremos (al menos no como yo había pensado hacerlo): la sala tiene otros planes que no nos incluyen. Cierro el blog, entonces. Así: con la felicidad de haber llegado al puerto. Este amor - el de los sensuales - estuvo demasiado cerca de la pasión y - como ella - sabe disolverse en el tiempo con una extraordinaria celeridad. Bienvenido sea lo que viene. Un abrazo a todos ustedes: cada uno de los que esto lee.

Alejandro.

29.11.08

Dicen:

Desear o morir
por Jimena Repetto

La sensualidad suele ser un discurso que calla su deseo, mientras anhela que el otro interprete, entre el ruido, aquel silencio. Hay un juego tácito entre quien busca y llama con palabras que atraen como el polen de la flor a ser fecundada. Para el espectador, el título de una obra puede operar como el velo de esperanza en la que él mismo funda el espectáculo. Los Sensuales, título de la obra de Alejandro Tantanian, en este sentido, advierte y reclama que nos entreguemos a un melodrama. Esperamos entonces amores imposibles que quiebren los mandatos sociales, destinos trágicos y cruzados, parentescos desconocidos y por conocer y, por sobre todo, el desborde de las pasiones.

La trama comienza con el asesinato de Teodoro Tigrov. Ya desde la ejecución coreográfica de este primer hecho fundante, se despliega un ejercicio de los actores con el cuerpo que después se registrará en toda la obra. Y no sólo el movimiento y la danza tendrán lugar en escena, sino también las canciones de amor (o desamor) que cantan los personajes y el sonido de un piano que se expande.

Los cinco sospechosos de haber matado a Teodoro son sus hijos, quienes, sin embargo, desconocen que comparten el mismo padre. Odette Malheur, amante de Teodoro, decide averiguar quién es el asesino y para ello convoca a sus dos hermanos, Lise y Alberto Malheur. La interpretación es deslumbrante y realmente los actores logran ser sus personajes, generar amor y desazón en quien los ve y escucha.

Este melodrama, que deviene en tragedia cuando el amor es imposible, donde se cruzan incestos con identidades ocultas, provoca, sugiere y coloca a quien se haga presente en la sala en un eclipse de emociones.

Todo esto ocurre, de forma deslumbrante y original, será por eso que nos sentimos cautivados, suspendidos como las abejas minutos antes de posarse en las flores.

Otro comentario

Seres que se desean en una ópera del siglo XXI

Una madre, un padre ausente, dos hermanos mellizos (él y ella), un hermano y una hermana, tres hermanos. Entre estos nueve personajes surgen las pasiones desencontradas. Odette, otrora el cisne blanco, jura la venganza de su marido, Teodoro. La van a ayudar los dos mellizos, Lise y Alberto. Mientras, las historias de Mijail y Sonja se van a entrecruzar en los caminos del deseo de Alex, Damián y William. Los personajes hablan, gritan, sufren, lloran. Cantan su pena y bailan su pasión. En un punto, nos perdemos en los parentescos; lo que importa es el deseo, la fantasía, los amores no correspondidos. Desear al que no nos ama, tener el deseo del Otro en la piel. Confundirse en emociones violentas, que todo lo perturban. Muerte, locura, suicidio, amor perturbador que todo lo enceguece hasta los lazos de sangre. Las actuaciones inundan el espacio, cubren todos los rincones; la luz varía de acuerdo a la intensidad de los sentimientos, el vestuario va delimitando modelos de actuar en la vida.

Lo que estamos presenciando, dada la fuerza de la emotividad, es una auténtica ópera del siglo XXI. Alejandro Tantanian ha explotado esa veta para lograr que nos adentremos en un mundo sin Padre, sin Dios ni perdón. Todos huérfanos del amor de una mirada atenta, luchan por conseguir, mantener y soportar el amor de sus hermanos de jauría. Ellos se tocan el corazón, ellas, la entrepierna. A todos los consume la hoguera de los amores imposibles, aquellos en que un instante es vital para que el latir se detenga, y deje fluir la sangre y los fluidos de la carne.
Basado libremente en personajes de la novela decimonónica rusa “Los hermanos Karamazov” de Dostoievski, podría decirse que Tantaniàn declara que el amor es sagrado, como afirman sus intérpretes en escena.

Todo el elenco funciona como un todo orgánico, del que se destaca el trabajo del primer deseante, cronológicamente hablando, Diego Velázquez como Mijail. Las actuaciones realmente cobran vida en los cuerpos (y las almas) de Mirta Bogdasarian (Sonja); Pablo Rotemberg (Alex), que se luce con la expresiva coreografía, Javier Lorenzo (Damien), Nahuel Pérez Biscayart (William, el benjamín), Luciano Suardi y Gaby Ferrero (los mellizos derrotados por la pasión, Alberto y Lise). Y para el inicio y cierre de la obra, Stella Gallazzi (Odette), sedienta de venganza por el asesinato de Teodoro (el fantasmal Ciro Zorzoli).

La música y las canciones que recorren el arco desde Chopin hasta las baladas románticas, y los temas compuestos especialmente para la obra están imbricadas con naturalidad en medio de la narración de los cuerpos deseantes. Las luces, aparentemente cuatro simples lámparas van siguiendo y aportando los climas necesarios a medida que se develan las intrigas. El vestuario está de acuerdo a cada personaje. Un auténtico tratado sobre las pasiones y el Amor, con reminiscencias al Banquete de Platón, Freud, Lacan y los poetas rusos.

Una ópera del siglo XXI.

Silvia Sánchez Urite

www.dramateatro.com

En Vuenosairez.com dicen:

Los Sensuales

Los Sensuales, obra escrita y dirigida por Alejandro Tantanian, basada en la novela “Los hermanos Karamazov” de Fedor Dostoievski, cuenta con una puesta en escena interesante y con actuaciones concentradas y precisas.


Teodoro Tigrov, ha sido asesinado a golpes de martillo, su amanate Odette Malheur, decide vengar su muerte. Asistida por sus hermanos y convocando a espíritus malignos, acusa del crimen a todos los hijos de Teodoro Tigrov. Las mentiras, represiones y pasiones constituirán la red en la que todos quedarán atrapados.
Utilizando el melodrama como soporte, Tantanian desarrolla esta historia de sentimientos ocultos desplegados en una puesta en escena brillante en su complexión y sencilla en sus recursos escenográficos, logrando espacios diferentes dentro del mismo frío y desolado escenario. Tal y como seguramente, lo imaginara Dostoievski en sus tierras blancas.
La iluminación dura, apoyada en los contrastes y en los tonos azules y las melodías de Chopin y Schumann, completan el cuadro que nos sumerge en el relato.
Las actuaciones son el otro fuerte de esta obra, ya que los actores llevan hasta el límite sus capacidades dramáticas, pasando por la tragedia y la comedia airosamente. Detenidos en los sentimientos encontrados, atraviesan las contradicciones manejando ritmos emocionales y destrezas físicas, estas últimas coreografiadas por Pablo Rotemberg, que además de actuar, canta, baila y toca el piano en la obra. Todos los actores están muy bien y sostienen las particularidades de sus personajes hasta el final.
Si hay una cuerda floja en la obra, algo que no termina de cerrar, es la parte en la que en tono de ópera los actores cantan. Se nota que quienes interpretan las canciones son actores y aunque tratan de llevar adelante la propuesta de Tantanian, se los ve incómodos y forzando sus gargantas para alcanzar el objetivo. Ese es el momento en el que las sillas comienzan a moverse y que algunos espectadores dejan de estar atrapados en la historia para comentarse cosas por lo bajo.
Más allá de esta apreciación, la obra es interesante, vale la pena verla y es riesgosa como todas las propuestas de Alejandro Tantanian.
Demostrando, una vez más, que si hay un lugar donde el teatro se prueba a sí mismo, donde los actores investigan seriamente y donde la dramaturgia adquiere una presencia ineludible, es en el off, Tantanian y sus actores, lejos de las marquesinas y cerca de los espectadores se lanzan a la aventura de contar una de rusos. Acá, cerca de los italianos y los españoles, amoldando el habla, la estructura y los gestos. La verdad… para sacarse el sombrero…

Los Sensuales: están nominados


Nominación Teatro del Mundo 2008 al mejor autor (Alejandro Tantanian).
Nominación Teatro del Mundo 2008 a la mejor fotografía teatral (Ernesto Donegana).
Nominación Teatro del Mundo 2008 a la mejor iluminación (Jorge Pastorino).
Nominación Teatro del Mundo 2008 a la mejor música original (Diego Penelas).
Nominación Premios Clarín Espectáculos 2008 al mejor autor (Alejandro Tantanian).
Nominación Premios Clarín Espectáculos 2008 al mejor espectáculo del circuito independiente.

Esto se escribió sobre nosotros

Inusual mirada del crimen al padre

El reconocido múltiple artista teatral Alejandro Tantanian (director, dramaturgo, cantante), habiendo surgido popularmente para el mundillo teatral desde aquel innovador grupo que fuera El Periférico de Objetos, ya ha logrado hacer de su nombre y apellido toda una marca registrada. Ya que una cosa es ir a ver una obra de teatro y otra muy distinta es ir a ver una de este teatrista.

Tantanian siguió con Los Sensuales en la misma línea que hiciera con su obra anterior, Los mansos. Y digo esto porque en ambas abrevó en las lecturas de Fiodor Dostoievsky. Si en Los mansos el disparador fue El idiota; en este caso, Los hermanos Karamazov fue el punto de partida para
Los Sensuales. Pero, eso sí, para todos aquellos amantes de mi querido ruso Dostoievsky: no vayan a buscar en este nuevo espectáculo de Tantanian una copia fiel de los Karamazov: ni ahí. Esto es una creación que sólo tomó como punto de partida el texto original dostoievskiano. Nada más.

Aquí se narra el crimen que se perpetúa sobre la figura de un padre que posee, no tres sino cinco hijos, con dos mujeres diferentes. De allí surgirá toda una escalada de venganza, al más puro estilo de un culebrón mexicano (y se me viene a la cabeza Verónica Castro, perdón…). Porque lo que ha hecho Alejandro Tantanian en este espectáculo ha sido pergeñar un poderoso melodrama. Con todas las letras. Ya que hay aquí de esas historias de amor entre hermanos que desconocen su vínculo; incorporando, incluso, a este cocktail una relación de amor gay… Pero su atrevimiento no se quedó allí, sino que fue por más y si hay algo que tiene en cantidad
Los Sensuales es música y canciones. El director ha puesto así a cantar a sus actores, aun cuando desafinan algunos de ellos, y esto ha sido una muy buena elección, puesto que de esta manera queda muy claro que no estamos delante de una comedia musical. Si aparecen las canciones, como el mismo Tantanian asevera, es allí cuando a sus personajes ya no les alcanzan las palabras. Si te gustan las propuestas arriesgadas esto es para vos, así que andá imaginándote un clima dostoievskiano tamizado con coreografías varias y canciones.

Marcelo Saltal

Obra: Los sensuales. Autor: Alejandro Tantanian. Elenco: Mirta Bogdasarian, Gaby Ferrero, Stella Galazzi, Javier Lorenzo, Pablo Rotemberg, Luciano Suardi, Diego Velázquez, Ciro Zorzoli y Eliseo Barrionuevo. Musicalización: Pablo Rotemberg, Alejandro Tantanian, Diego Velázquez. Música original: Diego Penelas. Coreografía: Pablo Rotemberg. Dirección: Alejandro Tantanian. Sala: El Camarín de las Musas.

Revista El Abasto, n° 102, septiembre 2008.

Más opiniones

La obra empieza con la potencia de un martillazo a la nuca; medio atontados, nos enlaza por la cintura y nos arrastra salvajemente por un mar tempestuoso de carnosidades deseantes, para despedirnos finalmente en una playa espectral de cadáveres, fantasmas y locos.
Me encantó.
¡Felicitaciones!
Juan

Lo mejor que vi en años. Genial.
Hernán Vidal


Más vale tarde que nunca asistí a ver esta obra impactante!!
Un verdadero melodrama, característico de los trabajos de Tantanian. Debo destacar principalmente el trabajo de composición de personaje de todo el elenco, muy parejo por cierto y destacar la puesta coreográfica y la respuesta corporal de cada uno de los personajes. La iluminación: maravillosa. Es para mí una obra de Arte. ¡¡¡Felicitaciones!!!
Patricia Carro

La vi hace dos meses y me pareció una obra maravillosa y colmada de belleza. Es muy bueno el laburo de dirección no sólo en en el abordaje de un texto clásico como el de Dostoievski sino también en la puesta en escena con una clara costrucción de los espacios. El despliegue actoral es magistral por parte de todos los integrantes del elenco. Para verla más de una vez.
Ricardo

Fuente: Alternativa teatral

Otra opinión

Es increible la cantidad de estados por los que pasé mirando Los Sensuales. Y a veces no estados sucesivos sino simultáneos. Es muy difícil encontrar de qué lado del filo se encuentra la puesta. Por ejemplo cuando los actores cantan y obviamente no son cantantes profesionales, la sensación es como de vergüenza ajena, pero como al mismo tiempo todo es exagerado, (la tristeza, las emociones), la incomodidad se transforma en parte de un engranaje y el mecanismo funciona perfecto. Es una puesta super arriesgada. No se si la disfruté. Creo que me puso en una situación de constante tensión interna. Parece ser una obra hecha desde las vísceras y sin embargo es absolutamente mental.
Muy bueno Tanta, nos gustó mucho.

Jorge Macchi

Opiniones


Los sensuales. Los sexuales. Los incestuosos sin manchas y sin pecados. Porque el pecado es una invención del hombre. La sensualidad es un estado puro como la sexualidad misma, y ambas se nutren recíprocamente. Los sensuales es un espectáculo de poluciones. Una explosión creativa de la pureza de la naturaleza humana. Sus canciones lacrimosas nos recuerdan que el hombre no es más que una pose. Y su paso por el mundo, una tragedia. El hombre nace y lo hacen. Y en su búsqueda desesperada del amor encuentra todo, menos el amor. Los sensuales es un espectáculo para partirte al medio en un carcajada religada con sollozos y suspiros. Es una orgía de emociones en bruto, un charco de sangre y llanto, un vómito de amor incomprendido. Una sublime inspiración trémula de pasión.
Sus actores alteran el melodrama tornándolo tragedia, explorando un nuevo sentido. La música que surge de un piano, a veces surge de las paredes, baja por el techo y explota como un grito enamorado. La música es quien conduce los cuerpos y los acciona. Lo que puede resultar en la vida una cursilería, aquí se magnifica y cobra sentido. Los besos no son besos, son relamidas infectas de vida. Los sensuales es un espectáculo, de esos que te quedan en la dermis. Felicito a todo este creativo equipo de trabajo.

Gerardo B.