
Los Sensuales, obra escrita y dirigida por Alejandro Tantanian, basada en la novela “Los hermanos Karamazov” de Fedor Dostoievski, cuenta con una puesta en escena interesante y con actuaciones concentradas y precisas.
Teodoro Tigrov, ha sido asesinado a golpes de martillo, su amanate Odette Malheur, decide vengar su muerte. Asistida por sus hermanos y convocando a espíritus malignos, acusa del crimen a todos los
Utilizando el melodrama como soporte, Tantanian desarrolla esta historia
La iluminación dura, apoyada en los contrastes y en los tonos azules y las melodías de Chopin y Schumann, completan el cuadro que nos sumerge en el relato.
Las actuaciones son el otro fuerte de esta obra, ya que los actores llevan hasta el límite sus capacidades dramáticas, pasando por la tragedia y la comedia airosamente. Detenidos en los sentimientos encontrados, atraviesan las contradicciones manejando ritmos emocionales y destrezas físicas, estas últimas coreografiadas por Pablo Rotemberg, que además de actuar, canta, baila y toca el piano en la obra. Todos los actores están muy bien y sostienen las particularidades de sus personajes hasta el final.
Si hay una cuerda floja en la obra, algo que no termina de cerrar, es la parte en la que en tono de ópera los actores cantan. Se nota que quienes interpretan las
Más allá de esta apreciación, la obra es interesante, vale la pena verla y es riesgosa como todas las propuestas de Alejandro Tantanian.
Demostrando, una vez más, que si hay un lugar donde el teatro se prueba a sí mismo, donde los actores investigan seriamente y donde la dramaturgia adquiere una presencia ineludible, es en el off, Tantanian y sus actores, lejos de las marquesinas y cerca de los espectadores se lanzan a la aventura de contar una de rusos. Acá, cerca de los italianos y los españoles, amoldando el habla, la estructura y los gestos. La verdad… para sacarse el sombrero…
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