29.11.08

Otra opinión

Es increible la cantidad de estados por los que pasé mirando Los Sensuales. Y a veces no estados sucesivos sino simultáneos. Es muy difícil encontrar de qué lado del filo se encuentra la puesta. Por ejemplo cuando los actores cantan y obviamente no son cantantes profesionales, la sensación es como de vergüenza ajena, pero como al mismo tiempo todo es exagerado, (la tristeza, las emociones), la incomodidad se transforma en parte de un engranaje y el mecanismo funciona perfecto. Es una puesta super arriesgada. No se si la disfruté. Creo que me puso en una situación de constante tensión interna. Parece ser una obra hecha desde las vísceras y sin embargo es absolutamente mental.
Muy bueno Tanta, nos gustó mucho.

Jorge Macchi

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