No sólo porque nobleza obliga, sino –y especialmente– porque el disenso nos hace crecer tanto o más que lo que nos achancha la complacencia, paso por acá y respondo a tu amable propuesta: siempre es buen tiempo para una charla de café. Saludos, Ale. Y muchas gracias.
", pero yo no puedo explicármelo de modo alguno. Y quizás tampoco quiero explicármelo"
En todo el post, el autor del mismo se debate entre lo que èl se puede y lo que no se puede explicar. Él no se puede explicar po qué Tantanián puso a cantar a un actor que "canta mal" y no se `puede explicar por qué un dramaturgo prestigioso puso un número coreográfico que le hace acordar al baile del caño, pero entre dos maricas. No se se le ocurre la posibilidad de que exista un link entre Dostoievski y el baile del caño, tampoco se le ocurre la posibilidad de preguntarse, en tèrminos teatrales, es decir, en la propia puesta, acerca de lo que dramáticamente significaría "cantar bien", simplemente no se le ocurre que alguien pueda querer hacer una pieza teatral donde ese "cantar mal" sea un material dramático legítimo como cualquier otro. El autor del post se maneja con un criterio según el cual si un personaje canta en un escenario debería cantar "bien" (siempre dando por sentado, cual Lafauci de la teatralidad que el cantar bien es una cosa obvia para cualquiera). Parece suponer el autor del post que Tantanián podría haber hecho un espectáculo musical en el que los actores "cantaran bien" pero por alguna razón no consiguió a alguien que hiciera bien cuatro cosas y sólo se conformó con que hiciera bien tres, y de esa manera, supone el autor del post, que Tantanián "expuso" a Rotemberg a un papelón. Hay un aidea de la exposición curiosa para alguien que deberìa ir un poco más allá de su capacidad de imaginación, o al menos debería interrogar sus propis límites. Porque el autor del post termina haciendo un ajuste de cuentas vago y genérico con todo el arte contemporáneo, en el que algunos pícaros fraudulentos vendes manchas hechas de maner azaroza a precios exhorbitantes. Así, en la imaginación del autor del blog el arte se divide entre las obras "bien hechas", las manchas que se hacen pasar por obras de arte y el baile del caño de Tinelli. Y que las cosas no se le vayan a mezclar, por Dios, que si no se pudre todo.
2 comentarios:
No sólo porque nobleza obliga, sino –y especialmente– porque el disenso nos hace crecer tanto o más que lo que nos achancha la complacencia, paso por acá y respondo a tu amable propuesta: siempre es buen tiempo para una charla de café.
Saludos, Ale. Y muchas gracias.
", pero yo no puedo explicármelo de modo alguno. Y quizás tampoco quiero explicármelo"
En todo el post, el autor del mismo se debate entre lo que èl se puede y lo que no se puede explicar. Él no se puede explicar po qué Tantanián puso a cantar a un actor que "canta mal" y no se `puede explicar por qué un dramaturgo prestigioso puso un número coreográfico que le hace acordar al baile del caño, pero entre dos maricas. No se se le ocurre la posibilidad de que exista un link entre Dostoievski y el baile del caño, tampoco se le ocurre la posibilidad de preguntarse, en tèrminos teatrales, es decir, en la propia puesta, acerca de lo que dramáticamente significaría "cantar bien", simplemente no se le ocurre que alguien pueda querer hacer una pieza teatral donde ese "cantar mal" sea un material dramático legítimo como cualquier otro. El autor del post se maneja con un criterio según el cual si un personaje canta en un escenario debería cantar "bien" (siempre dando por sentado, cual Lafauci de la teatralidad que el cantar bien es una cosa obvia para cualquiera). Parece suponer el autor del post que Tantanián podría haber hecho un espectáculo musical en el que los actores "cantaran bien" pero por alguna razón no consiguió a alguien que hiciera bien cuatro cosas y sólo se conformó con que hiciera bien tres, y de esa manera, supone el autor del post, que Tantanián "expuso" a Rotemberg a un papelón. Hay un aidea de la exposición curiosa para alguien que deberìa ir un poco más allá de su capacidad de imaginación, o al menos debería interrogar sus propis límites.
Porque el autor del post termina haciendo un ajuste de cuentas vago y genérico con todo el arte contemporáneo, en el que algunos pícaros fraudulentos vendes manchas hechas de maner azaroza a precios exhorbitantes.
Así, en la imaginación del autor del blog el arte se divide entre las obras "bien hechas", las manchas que se hacen pasar por obras de arte y el baile del caño de Tinelli.
Y que las cosas no se le vayan a mezclar, por Dios, que si no se pudre todo.
Publicar un comentario